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Diario FER

Hay que mirar día a día hacia adelante

Teníamos muchas ilusiones puestas este año en el World Tour; con ganas de luchar por los puestos de arriba. Creo que aprendimos muchas cosas el año pasado. Y este año era aspirar a dar un pasito más en los Juegos de Tokio; uno, dos, tres, o los que hicieran falta. Estábamos muy motivadas. Y ahora hay que esperar un año más con el aplazamiento a 2021. Quizás se haga larga la espera, porque encima no hay competición. Va a ser un año largo de entrenamientos. Pero hay que tomarlo como ha venido, centrarse en entrenar y mirar día a día hacia adelante.

En todo este tiempo he mantenido una mentalidad bastante lineal. Antes de que se decretara el estado de alarma, le comentaba a mi compañera Elsa, nuestro entrenador Sebas y a mi marido Edu que el mensaje que estaban dando no cuadraba con las acciones que se veían. Cuando veía las medidas que se habían tomado en China o cuando ya empezó a haber problemas en Italia no concordaba con el mensaje que se daba aquí. Estaban dando un mensaje de que no pasaba nada, que era una simple gripe, que no nos preocupásemos, que aquí no iba a llegar, que pasaba en China. Sin embargo, empezaron a cerrarse ciudades, a cerrarse aeropuertos en Italia. Y ya se nos vino encima y empezaron a aumentar los contagios. Como digo había una discrepancia entre los actos y el mensaje. Algo gordo estaba pasando. Nosotras ya habíamos decidido no ir a México incluso antes de que se cayera la prueba. La verdad es que mi pensamiento siempre ha sido: ‘Bueno, esto es lo que nos toca vivir ahora, hay un problema de salud mundial, hay que adaptarse y afrontarlo y cumplir con lo que nos digan’.

He intentado centrarme en mi día a día: me levantaba pronto para entrenar y me centraba el resto del día en Saúl, y si podía hacer un segundo entrenamiento por la tarde en función de cómo me encontrase, mejor. Me he intentado mantener muy activa, de hecho la cuarentena se me ha pasado volando. Me han faltado horas al día y me siguen faltando horas al día para poder hacerlo todo. Siempre voy dejando cosas para el día siguiente y poco a poco me las voy quitando a lo largo de la semana, pero me faltan horas. En suma, he tenido un pensamiento bastante estable: ha primado la salud, la precaución, la responsabilidad, me he quedado en casa entrenando y no he tenido prisa en volver a la playa, de hecho volví esta semana pasada con los reconocimientos hechos, el test hecho. Todo bien hecho, con calma, y poco a poco.

El cambio a nivel deportivo ha sido brutal. De pasar de sesiones dobles y triples, junto con el físico, los entrenamientos de competición, más duros que nunca, a este parón y meternos en casa. Durante los dos primeros meses mi rutina era levantarme, desayunar, hacer la sesión de pesas o de cardio que me tocara. Se levantaba Saúl, le preparaba el desayuno y pasábamos la mañana o jugando en casa o en el patio o en el jardín. Por la tarde, salíamos a la huerta, e intentaba la mayoría de los días hacer un segundo entrenamiento vespertino.

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