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El año del resurgir

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ELCHE. 2018 encara sus últimos días. Un año que el franjiverdismo siempre recordará con una amplia sonrisa. Sobre todo, a medida que pase el tiempo. Un ascenso del Elche no se celebra todos los años. De hecho, la Plaça de Baix sólo se había teñido de blanco y verde una vez en este siglo hasta el pasado 24 de junio. Un día para contar a hijos y nietos. Para derramar alguna lagrimilla nostálgica con fotos y vídeos.

El ascenso a Segunda del conjunto ilicitano representa muchísimo más que un logro deportivo. Supone la primera gran alegría después del trágico descenso administrativo de 2015. Salir del ‘pozo’ de Segunda B al primer intento, un objetivo muy complicado y que, de no haberlo conseguido, habría complicado el futuro y la subsistencia del club. Hércules y Murcia son ejemplos muy cercanos. Y voy más allá: lo considero el punto de inflexión para el resurgir franjiverde.

Fundamentalmente, porque creo que el Elche ha encontrado en Pacheta la piedra angular para cimentar un proyecto a corto y medio plazo. Diego García y Jorge Cordero lo tienen claro y ya han mostrado sin tapujos su intención de renovarle. Pacheta tendrá sus defectos, como todo entrenador, pero lideró el importantísimo ascenso tras su llegada a finales de febrero. Creo que todos recordamos cómo era la situación antes. Y ahora, guía hacia la permanencia en Segunda a un equipo con sus conocidas y repetidas limitaciones.

El fútbol son resultados, pero cuenta todo. Y pienso que todo lo vivido desde su contratación no se habría dado si no representara una figura de unión. Y no hablo principalmente de vestuario, Consejo y prensa. Los motivos institucionales han dividido a una afición muy castigada en los últimos tiempos, con constantes golpes deportivos y extradeportivos. Y Pacheta la sumó a la causa con un mensaje claro que caló a base de victorias. Sin esto último, no habría sido posible, todo sea dicho. "Juntos", insistía e insiste. Con esta unidad, el Elche subió a Segunda y lucha por la salvación.

Y veo más factores para el optimismo: una dirección deportiva que con sus aciertos y errores, ha conformado una plantilla que cumple con el objetivo tras 19 jornadas, un vestuario muy sano y comprometido, un Consejo que parece haber escarmentado de errores pasados y una afición más numerosa en comparación a años anteriores en Segunda.

Si el club salva las bolas de partido judiciales (concurso de acreedores, Bruselas, etc.) y logra la salvación esta temporada, a ser posible con cierta holgura, dará otro paso más en su línea de crecimiento. Esperemos vivirlo y contarlo en 2019. Salud, felices fiestas y próspero año nuevo a la buena gente.

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