ALICANTE. Es un caso de fuerza mayor, el mismo que llevó en su día a que el Hércules-Alcoyano de la primera jornada de la fase regular se aplazase por dos positivos por Covid-19 en el vestuario del primero, pero a estas alturas de curso, con lo apretado del calendario y un formato de competición tan 'peculiar', puede ser devastador para un equipo.
La mañana del martes, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) aplazaba 'sin die' el encuentro que el sábado debía enfrentar al Hércules con la Llagostera, correspondiente a la jornada cuarta de la segunda fase en el grupo 3D por dos positivos en la plantilla del equipo gerundense.
La resolución del Juez Único de Competición, Alberto Peláez Rodríguez, recoge que la Llagostera había solicitado el aplazamiento solo unas horas antes, comunicando en ese momento tanto la existencia de los citados dos positivos como de "la obligación de permanecer en cuarentena el resto de la plantilla hasta el 26 de abril" y que decreta aplazar el choque hasta que concurran las circunstancias que permitan su disputa en la fecha "más cercana en el tiempo" en aplicación del protocolo anti-Covid de la RFEF.
El Hércules decía haber tenido conocimiento oficioso de lo que sucedía en el club de Llagostera un día antes, pero de manera oficial no fue hasta que le llegó la resolución dictada desde Las Rozas. Lo curioso del caso es que el conjunto gerundense no jugó el pasado fin de semana por precisamente varios positivos en el vestuario de La Nucía y que, pese a que iban a disfrutar de un fin de semana de descanso, la Llagostera decidió someter a test de antígenos a sus jugadores el viernes, como si sí fueran a jugar... Una semana antes, el Lleida tampoco jugó el fin de semana (en su caso por tener que descansar) y los test de antígenos los realizó a la vuelta del fin de semana, antes de que los jugadores retomaran la actividad conjunta, detectando en los mismos dos positivos (de un jugador y de un técnico) que fueron aislados sin necesidad de hacer lo mismo con el resto (no hubo contacto directo) y pudiendo jugar su partido con el Atlético Levante el pasado fin de semana.
Al tiempo que se conocía la resolución de la RFEF, la Llagostera emitía un comunicado en el que informaba del aplazamiento y de que, no obstante el contagio, los dos jugadores (inicialmente se habló de cuatro positivos) afectados se encontraban en buen estado de salud.