VALÈNCIA. Alessio Lisci es un entrenador que roza la obsesión en cuanto al orden defensivo y todo un tipo metódico en el balón parado. Hablan en ese sentido los datos de sus equipos en gran parte de los 10 años que ha completado en la escuela del Levante, pero en el primer equipo se está dando contínuamente con una pared. El cuadro granota encajó este domingo su décimo segundo tanto en contra en jugada ABP y, con él, ya es el equipo que más ha encajado en esas lides, por delante del Cádiz, que acumula 11. "Otro gol de córner... Está muy mal defendido, es una constante y no puede ser", admitió el técnico italiano en sala de prensa tras el choque. 

Y es que Alessio no se lo explica. El trabajo en Buñol para defender este tipo de jugadas es también contínuo y dentro la sensación ya es de desasosiego, de impotencia incluso. En Getafe se encajó otro gol en saque de esquina, fue Clerc quien perdió la marca para el primer tanto de Enes Unal, y el entrenador no quiso ahondar en la explicación del problema en su comparecencia previa al partido contra el Betis: "Era una situación súper trabajada, pero fue un fallo donde no quiero entrar", dijo. Saltaron chispas tras lo del Coliseum. 

Y es que, en sus 10 encuentros al frente de la nave granota entre Liga y Copa, su equipo ha encajado 6 dianas a balón parado. La última, por la pasividad total de Melero en la marca a Edgar tras el golpeo del balón en el palo. En Getafe, por la derrota de Clerc en su duelo. También el catalán se comió su marca al primer palo para la prolongación en el gol de Pau Torres en La Cerámica. Coke se despistó en dos en Alcoy. Y ante el Espanyol nadie encimó a Puado. En ese partido, el tercero de Alessio al mando de la primera plantilla, él y Darío Navarro, su asistente, se desgañitaron en cada córner y dejaron patentes algunos cambios respecto a la metodología de Javi Pereira. Solo dos piezas con marcaje en zona, el resto con marcas al hombre, y una línea paralela en área con marcas en zona para las faltas laterales. Un marcaje mixto diferente y ni por esas el Levante dejó de encajar a pelota detenida.