LLAGOSTERA. Empate en Llagostera del Hércules, que jugará en la cuarta categoría del fútbol español en una temporada 2021/22 en la que celebra su Centenario.
Fracaso mayúsculo del proyecto de Carmelo del Pozo, apadrinado por Juan Carlos Ramírez y especialmente Enrique Ortiz, el máximo responsable (por acción y omisión).
Los blanquiazules sacan a relucir su peor cara del curso y doblan la rodilla sobre el verde artificial del Nou Municipal de Llagostera, un mal resultado que comporta en la práctica un descenso, por mucho que se quiera distraer la atención con la reconfiguración de divisiones por parte de la Real Federación Española de Fútbol.
Guiu en el minuto 9, Sascha en el 54 y Sergio Cortés en el 64 marcan los goles de la Llagostera de Oriol Alsina, que fue mejor (con y sin balón) durante 80 minutos y jugará con justicia en la Segunda B-Pro. No hay más, aunque sí es verdad que los hombres de Manolo Díaz le pusieron las cosas muy fáciles, no solo encajando dos tantos en sendas verbenas defensivas en el inicio de ambas partes, también renunciando a jugar al fútbol y poniéndose a dar patadas con el 2-0... Y es que, como Benja Martínez y Sidoel demostraron en el tramo final, se arrojó la toalla muy pronto, toda vez que llegaron con vida al añadido de un partido que perdían 3-0 en el minuto 79.
Gol en contra para empezar
Con Tano de lateral derecho y Rodrigo Pastorini de enganche tras Manu Garrido, decidía Manolo Díaz iniciar un choque en el que la Llagostera, a la que le valía el empate, se adelantaba en el minuto 9.
En otro centro lateral mal defendido, esta vez por la banda derecha en la que un central (el citado Tano) hacía las veces de lateral, Sascha la ponía al corazón del área donde Guiu, aprovechándose también de la indolencia de Álex Martínez y Romain Correia, batía de remate de cabeza cruzado a un Falcón de cuyas botas había partido la acción, pues la jugada arrancaba en un saque de puerta del gaditano.
El tanto local terminó por disparar las pulsaciones por encima de lo tolerable en todos, pero especialmente aquellos que estaban sobre el verde y este domingo vestían de amarillo, algo que le vino muy bien a su rival, que necesitaba un partido sin ritmo, y a lo que también contribuyó el árbitro villabonatarra Ibai Rezola Etxeberria con un festival de faltas señaladas y tarjetas.