ALICANTE. El Hércules superó ayer los 3000 abonados para la temporada 2023/24 tras nueve días de venta presencial y casi un mes de venta online.
Esta cifra no incluye abonados vinculados al fútbol base, aún así, la edad media de los aficionados que por el momento han adquirido sus carnets ha descendido considerablemente.
29500 es la capacidad del Rico Pérez, un número que se difumina con los años y que prácticamente ni se nombra. La razón es simple: hace mucho tiempo que el Hércules no engancha a la gente alicantina como debería hacerlo, y esta es su mayor activo...
Es por esto que la imagen del estadio es desoladora desde hace una década. Lejos quedan los llenos contra el Real Madrid o el Barcelona la última vez que el club estuvo en Primera. Lejos quedan también los días de la Ponferrradina, Logroñés, Cádiz, Toledo, Murcia o Elche, en los que las gradas se tiñeron de blanco y azul y rugieron hasta la última posibilidad.
El curso pasado y con once días de venta presencial el número de abonados era de 3700, (el inicio de la competición era inminente) setecientos más que la cifra alcanzada para la presente campaña. Sin embargo, para el comienzo de la misma aún quedan casi tres semanas, lo que aumenta la posibilidad de hacer crecer el número de abonados notablemente antes del estreno contra el Espanyol B en casa.
Para ello, el Hércules deberá firmar un 'nueve' que inyecte una dosis de ilusión, puesto que los tres goles (dos de ellos firmados por un juvenil, Guti) conseguidos en cinco partidos de pretemporada han avivado los fantasmas del pasado: la falta de gol.