VALÈNCIA. El Levante necesita volver a sonreír y habrá de hacerlo el último. En la clasificación y en la jornada. Esta vez tocará jugar con los resultados de los oponentes directos en la mano, antes de poner rumbo a las últimas dos jornadas con horario unificado. El conjunto de Javi Calleja tiene varios problemas. El primero de ellos es que ya no depende de sí mismo, así que habrá de contar con los tropiezos del resto de candidatos mientras va sumando, tres a tres, los nueve puntos que restan. No hay otro camino posible. De lo contrario, el adiós al ascenso en el mes de mayo será una realidad. El levantinismo asiste esta noche, entonces, a un encuentro más que vital. Puede ser definitivo para empezar a preparar el playoff si es que se acaba perdiendo ante el Ibiza.
Es algo que no cabe en la cabeza de nadie. Ni en la parroquia granota, ni en el vestuario, ni siquiera en el propio rival, un Ibiza ya descendido y sumido en una depresión absoluta. Esta semana, el director deportivo del club, Felipe Miñambres, trasladaba su confianza plena en que los equipos "de arriba" van a pinchar en sus respectivos caminos, por más que tanto Granada como Eibar cuenten con una agenda aparentemente asequible, precisamente como la del Levante. Lo que no parece estar tan meridianamente claro es que sea el cuadro blaugrana el que acumule tres victorias seguidas por segunda vez en la temporada. Sea como sea, para el levantinismo sería el colmo que el verdugo fuera el equipo de Lucas Alcaraz.
En el plano de lesiones, lo esperado. Ninguna baja añadida a las ya existentes en la insaciable enfermería de un Ciutat que hoy debe volver a marcar diferencias. La entidad volvió a invitar a su gente al estadio para reeditar el ambiente creado hace dos semanas, en un triunfo ante el Alavés que fue enterrado en el desierto de Tenerife. Vuelven Postigo y Montiel, y ambos podrían regresar directamente al once. Será la defensa la línea que presentará más cambios en relación al esperpento del Heliodoro, a pesar de que Róber Pier jugó infiltrado en las islas y Álex Muñoz no esté para demasiados trotes.