VALÈNCIA. El Levante es, de nuevo, líder de la Segunda División. No en solitario, igual que hace dos jornadas, pero el equipo de Julián Calero sí está incrustado en la zona noble de la clasificiación. Queda mucho, demasiado, aunque los brotes del conjunto granota son muy verdes. Ha vuelto a ilusionar a su parroquia y la plantilla vuelve a enganchar a Orriols, no solo por el carisma de alguno de sus futbolistas sino también por que la máquina parece engrasada. Vuelve a ser un Levante alegre, vistoso, atractivo para un hincha que ansía emociones positivas, por más que el técnico aluda a olvidar los dramas para avanzar como institución. Es un Levante, también, comprometido, que derrocha trabajo... aunque la realidad es que en la faceta defensiva, el elenco de Calero todavía encuentra puntos negros.
Sin embargo, en la ofensiva lidera gran parte de la estadística oficial de La Liga. El cuadro blaugrana es líder de casi todo. Calero parte de un argumento base: entrena al club máximo anotador de la competición sin tener en sus filas a ninguno de sus máximos anotadores. Hay que dar con la cuarta posición de la tabla de artilleros de la categoría para encontrar a Morales, Carlos Álvarez y Brugui, con tres dianas cada uno, las mismas que otros nueve jugadores del torneo liguero. Solo Andrés Martín, Mario Soberón y Chris Ramón encabezan tal clasificació en solitario. Es decir, a pesar de que el año pasado a estas alturas Javi Calleja sí contaba con uno de los máximos anotadores del momento en Segunda (Bouldini), hoy el Levante es un equipo mucho más coral. Y eso le aúpa.