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LA JUGADA DA LA VUELTA AL MUNDO

Injusticia con unos guerreros que no se rindieron

Técnicos, jugadores, club y aficionados claman contra la eliminación del Valencia tras el penalti de Alberto Gil que entró y el colegiado decidió no dar por válido

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VALENCIA. Incomprensible. Sinsentido. Tercermundista. Se queda corto cualquier adjetivo calificativo que se utilice para describir lo que ocurrió en la tanda de penaltis del partido entre el Chelsea y el Valencia CF de edad juvenil y correspondiente a los octavos de final de la Youth League, la Champions que organiza la UEFA para los chicos de esa edad.

Alberto Gil lanzaba el primer penalti valencianista después de que el partido acabara con empate a uno en el marcador. Su lanzamiento, de manual, con muy poca altura y ajustadísimo al palo se estrelló con la base del palo interior que forma una escuadra por dentro de la portería. El efecto que hizo la pelota tras entrar en la portería más de 50 centímetros fue hacia fuera y la pelota se salió. El árbitro se quedó mirando a su asistente y con la cabeza negó el gol. Alberto se desesperaba viendo como no le daban el gol y el guardameta Sivera se comía al árbitro al haber visto desde detrás de la portería junto al asistente como la pelota entraba claramente. Adrien Jacottet, colegiado suizo, consultó hasta en dos ocasiones la jugada porque seguramente en su foro interno no tenía nada claro que la pelota no hubiera entrado pero entre él y su asistente fueron incapaces de pedirle a alguien desde la grada, de los muchos empleados de la UEFA que allí estaban, se lo aclarara. Prefirieron seguir la tanda con una injusticia tan tremenda que ya pesará para siempre sobre sus carreras decida lo que decida el máximo organismo europeo de fútbol. La imagen que la UEFA enseñó al mundo fue bochornosa. La que en teoría es la mejor competición del mundo de juveniles quedó marcads y retratada por un flagrante error arbitral que no fue solventado al instante pudiendo haberse hecho.

Los valencianistas no fallaron ningún penalti de los cuatro que tiraron pero los londinenses no fallaron ninguno de sus cinco y por ese error ganaron la tanda 5-3. Injusticia terrible. Todos los jugadores valencianistas corrieron a rodear al árbitro cuando Abraham marcó el tanto definitivo del Chelsea. Era la rabia contenida después de noventa minutos conteniendo a un súper equipo en su propio campo y peleando ante las adversidades como fue la lesión de uno de sus mejores jugadores, Sito.

El partido fue bonito de ver. Con alternativas. Con un Valencia CF reforzado por jugadores que ya son importantísimos en el filial como Lato, Soler, Sito o Villalba y otros que pronto lo serán como Sivera, Mir o Antonio Martínez. Todos, sin excepción jugaron un gran encuentro. Después de perdonar varias ocasiones un error de cálculo del central Konyk, que mantuvo a raya a los potentísimos delanteros del Chesea junto a Badal, propicio un mano a mano que Sivera despejó pero que DaSilva no perdonó en el rechazo. El Chelsea se adelantó y sólo un minuto después los valencianistas forzaron un penalti por la fe ciega de Rafa Mir en pelearle un balón al gigantón portero Collins. Carlos Soler, el mejor valencianista junto a Antonio Martínez, no perdonó y con mucha calma empató el partido desde los once metros.

En el segundo acto los ingleses intentaron cerrar el partido rápido y se fueron a por el segundo tanto. Tuvieron varias buenas ocasiones, una de ellas clarísima en la salida de una falta pero el diez inglés, Palmer, la cruzó en exceso. A partir de ahí el Valencia CF tuvo dos ocasiones inmejorables para haber evitado los penaltis. Una contragolpe bien llevado terminó con un pase magnífico de Antonio Martínez sobre Isma Martínez que este en un mano a mano claro no supo definir y Collins le ganó la partida.Isma se lamentó de esa ocasión sin pensar que unos minutos después tendría un penalti que le hubiera convertido en héroe si lo hubiera metido. Pero no era su tarde. No era su día. Seguramente el fútbol le dará una revancha y lo de este martes simplemente sea una piedra más que tendrá que superar en su escalada hacia la difícil cima que supone ser futbolista profesional. Falló el penalti que provocó Martínez, pero lo falló porque lo tiró. Y ahí sólo aparecen los valientes, esos que siempre tienen coraje para volver a intentarlo. Él, igual que el resto de sus compañeros seguro que tendrán mil batallas más para ganar. La de Londres no la perdieron, se la ningunearon y con eso deberán convivir y aprender. Porque en el fútbol, por desgracia, siguen ocurriendo estas injusticias.

El Valencia CF impugnó el partido y elevó una protesta formal a la UEFA. La presidenta Layhoon que estuvo viendo el encuentro en directo fue atendida por el delegado de la UEFA que estaba allí y este le dio la razón de manera extraoficial pero le invitó a esperar la respuesta definitiva en los próximos días. En el club son optimistas moderados porque saben lo complicado que es cambiar las decisiones de la UEFA y porque todo podría zanjarse acogiéndose el máximo organismo europeo a un fallo de apreciación arbitral.

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