Derrota muy dura (1-0) del Villarreal en Mendizorroza. Más que por el resultado, que se puede entender después de seis jornadas sin perder, por la forma y el cómo del desarrollo del choque. El Submarino entró sin la intensidad necesaria al encuentro, encajó muy pronto un tanto de Manu Sánchez y fue incapaz de empatarlo a pesar de la doble superioridad numérica que vivió en la segunda mitad. 

Sivera fue expulsado tras la reanudación en una jugada que paró diez minutos el encuentro, pero ni aún así los de Marcelino lograron encontrarse a sí mismos en ataque. A penas crearon ocasiones frente a un Alavés muy cerrado que, aunque vio una nueva roja en el inicio del descuento, supo resistir para lograr un triunfo clave.

El Villarreal entró dormido y lo pagó

En estadios como el de Mendizorroza hay una norma de oro para no entrar con mal pie: igualar, como mínimo, la intensidad del conjunto local. Una norma que el Villarreal no respetó y que no tardó en pagar con un gol en contra. Los babazorros, con Manu Sánchez y Cabanes percutiendo con facilidad por los costados, se adelantaron poco después de los diez minutos de encuentro. 

El propio Manu Sánchez anotó a pesar de los reflejos de Conde, que un día más no pudo mantener su portería a cero. El tanto sirvió de despertador para los hombres de Marcelino, que empezaron a amasar algo más de posesión pasando siempre por Parejo pero sin llegar con continuidad al área de Sivera. 

La primera ocasión grogueta llegó en las botas de Pépé con un disparo sencillo para el guardameta. Mucho más complicada para Sivera fue la posterior oportunidad de un Ayoze que estuvo a punto de aprovechar una gran jugada de Pépé por banda diestra. Fue claramente de menos a más el Submarino en la primera mitad, pero no acertó en sus oportunidades y se marchó al descanso por debajo en el marcador.

Sivera dio el susto y se fue expulsado

El segundo tiempo se vio claramente marcado por una jugada que detuvo el encuentro durante diez minutos en los que Mendizorroza tuvo el corazón en un puño. En un uno contra uno, Sivera se llevó un involuntario rodillazo de Ayoze en el rostro y, tras ser atendido, vio la cartulina roja por cortar el balón con la mano fuera del área. 

Al tiempo que la superioridad numérica de los groguets llegó la intensa lluvia a Vitoria para dar al choque el clásico aura de partido norteño. Un ambiente que no le vino nada bien al Submarino. El Alavés supo cerrar espacios y detener el encuentro con mucha frecuencia, rompiendo constantemente el ritmo de ataque. 

Entraron Barry y Pedraza primero para dar aire fresco al equipo, así como Comesaña en los minutos finales. El Alavés metió todas sus líneas muy atrás, encerrado en su propio campo y con el Chacho Coudet sufriendo como pocas veces. Y eso que el entrenador argentino todavía no sabía que los suyos iban a tener que resistir doce minutos de descuento con sólo nueve jugadores por la expulsión de Blanco después una nueva revisión del VAR. 

Un ejercicio de resistencia histórico que se culminó a pesar del asedio constante del Submarino, que desperdició incluso una clarísima oportunidad de Comesaña en el área pequeña a dos minutos del final. De manera inexplicable, ante nueve futbolistas, el Villarreal no puntuó en uno de los encuentros más locos y accidentados de los últimos años. 

Ficha técnica

1- Alavés: Sivera; Manu Sánchez, Mouriño, Abqar, Tenaglia; Cabanes, Antonio Blanco, Joan Jordán, Aleñá; Carlos Martín y Kike García. 

0- Villarreal: Conde; Foyth, Kambwala, Logan Costa, Cardona; Yeremy, Parejo, Gueye, Baena; Barry y Ayoze. 

Goles: 1-0, min. 11: Manu Sánchez. 

Árbitro: Miguel Ángel Ortiz Arias (Comité madrileño). Amonestó a Blanco, Rodríguez y Diarra por el Alavés y a Yeremy por el Villarreal. Además, expulsó a Sivera y Blanco por el Alavés. 

Incidencias: partido correspondiente a la jornada 27 de LaLiga EA SPORTS disputado en Mendizorroza.