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La Fonteta, del éxtasis al silencio y de ahí al orgullo por tercera vez

El pabellón abarrotado vio como, por tercera vez en quince meses, una canasta sobre la bocina propiciaba la derrota de los locales. La afición llenó la Fonteta por cuarto encuentro consecutivo

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VALENCIA. Un abarrotado pabellón de la Fuente de San Luis volvió a pasar del éxtasis al silencio y de ahí a mostrar su orgullo por el Valencia Basket, que el domingo sufrió ante el Real Madrid su tercera derrota sobre la bocina en su propia pista en apenas quince meses.

Aunque menos trascendente pues se trata de un partido de la fase regular, esta última fue la más inesperada pues se produjo con un triple desde cerca de veinte metros de Sergio Llull.

El 'triplazo' del menorquín llegó cuando La Fonteta estaba celebrando anticipadamente el triunfo de su equipo tras anotar Antoine Diot la que parecía la canasta ganadora del encuentro cuando apenas quedaba un segundo y medio por jugarse.

El tiro de Llull silenció durante cerca de un minuto la Fonteta, el tiempo que los colegiados tardaron en confirmar la validez de la canasta, y dio paso a los gritos de 'Valencia, Valencia' de un público aún atónito pero satisfecho por el trabajo del equipo de Pedro Martínez.

La escena se produjo ocho meses después de que en ese mismo escenario y con los mismos contendientes, también Llull decidiera con un triple a falta de un segundo el tercer encuentro de las semifinales de la Liga ACB y diera paso a una reacción parecida.

En ese encuentro, también el Valencia había celebrado ya la victoria pues una canasta de Luke Harangody pareció establecer un 90-88 que a falta de un segundo y unas décimas parecía dar el triunfo a los locales, pero finalmente el tiro se realizó cuando ya había acabado la posesión.

Llull realizó un último tiro casi exactamente desde donde el pasado domingo anotó el triple que le dio el triunfo a su equipo pero en esa ocasión falló y el choque se fue a una prórroga en la que el menorquín sí acertó con un triple más cercano.

En ese final, el silencio de la Fonteta fue más corto pues se rompió con los silbidos que dedicó a los jugadores del Real Madrid, que abandonaron la pista a la carrera sin saludar a sus contrincantes, que sí que recibieron después el aplauso unánime de La Fonteta.

El primero de estos 'golpes' sobre la bocina se lo endosó al Valencia Basket Marcelinho Huertas, base del FC Barcelona, y fue el más decisivo de todos ellos.

Se produjo hace ahora quince meses en el quinto encuentro de las semifinales de la campaña 2013-14, tras lograr Romain Sato una canasta a falta de seis segundos para acabar el choque que hizo soñar a los aficionados del Valencia con una prórroga que les podía llevar a la segunda final liguera de su historia.

Pero el brasileño, que había jugado los cuarenta minutos, anotó a falta de pocas décimas un tiro que dio el triunfo a su equipo y silenció las gradas de una Fonteta que tras asumir el impacto durante unos segundos se puso en pie y dedicó una larguísima ovación a su equipo, que ya se ha repetido otras dos veces. 

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