VALÈNCIA. El mercado que interesa al Levante, el de sus salidas, está paralizado salvo algún movimiento de rivales directos que sí han logrado, antes de la llegada de julio, apuntalar sus plantillas con una o dos piezas a lo sumo. Sin embargo, la entidad de Orriols va a entrar en la ventana de fichajes en una tesitura estudiada en el seno del club desde antes de finalizar la temporada: poco tráfico en esa carretera de salida. La de entrada, sin embargo, sí ha tenido movimiento en base a la oportunidad de mercado que ha supuesto Roberto Soldado. La clave de la operación era la cláusula liberatoria del valenciano, la cual vencía el 30 de junio. El club granota ha incorporado con Soldado al goleador que demandaba Paco López a cambio de una cantidad cercana al medio millón de euros que irá directo al cajón de los gastos y que, en principio, computará de cara a dar pérdidas cuando esta noche cierre el ejercicio.

La señal de salida, ahora mismo, la ocupa Toño García. Si bien es cierto que desde hace meses el club granota trabaja en dar salida a activos importantes que ayudarían de manera ostensible a alcanzar los 16,5 millones de euros presupuestados en ventas de futbolistas para cerrar el ejercicio sin pérdidas, esas bajas de gran calado económico no se han dado ni se van a dar, salvo sorpresa inesperada. De momento, nadie ha tocado con la fuerza necesaria a la puerta de Bardhi -una de las grandes bazas, la única en el escaparate de la Eurocopa en clave levantinista-, y el Real Madrid tampoco ha convertido las palabras en hechos: no se ha intensificado el interés por De Frutos, por quien podrían abonar 15 millones de euros -lo relativo al 50% de su cláusula de rescisión- para recluarle sin posibilidad de resistencia.