VALÈNCIA. El Levante tiene que ganar esta noche al Celta en Vigo, aprovechar los pinchazos de sus rivales directos, mantener la brega del Metropolitano y sumar por cuarta vez a domicilio en toda la temporada... para colocarse a siete puntos de la permanencia a falta de trece jornadas por disputar. Milagros, a Lourdes. O a Balaídos. Lo cierto es que el cuadro de Alessio se empeñó el pasado miércoles en sorprender a diestro y siniestro para hacer de las matemáticas algo real y posible: de triunfar hoy en tierras gallegas el sueño de darle la vuelta al curso estaría más vivo que nunca. Contando, además, con las derrotas de Alavés y Granada, y el empate del Cádiz ante el Getafe. La tarea es tan árdua como que hay que mirar al equipo de Robert Moreno y no a los otros dos, cuya caza solo maquillaría el hundimiento en la tabla pero no solucionaría el descenso de categoría.
La tesitura sigue siendo enrevesada. La peregrinación, más que de Valencia a Cullera como el mítico Ernesto Calpe prometía en PlazaDeportiva.com en los días posteriores a la victoria ante el Atleti, es en realidad hasta el santuario de Lourdes para pedir divinidades. Más cuando el Celta ha ganado al conjunto granota en sus dos últimos enfrentamientos (en la retina, el paseo celeste por el Ciutat en septiembre) y más aún cuando el Levante no gana dos encuentros consecutivos desde el final de La Liga de la pandemia. De ahí data, además, la última victoria levantinista en territorio celtiña: 2-3, con remontada del Celta a un cómodo 0-2 inicial y con Borja Mayoral, hoy en las filas de un rival que parecía llamado para la misma batalla, matando el encuentro en la segunda parte. Cualquier tiempo pasado fue mejor.
Con todo eso, Alessio sigue enfocando solo a la batalla que tiene que abrir su grupo en cada cita si quiere amasar tres puntos. El gran objetivo es mantener entero al equipo que, de repente, surgió en la jornada intersemanal. Y que aquella victoria no levante ampollas. Una derrota esta noche en Balaídos es una posibilidad clara ante un oponente cuya forma es casi imprevisible esta campaña, pero un descalabro similar al del Coliseum o al de la pasada semana frente al Betis podría señalar uno por uno a un vestuario que las ha tenido tiesas tras los últimos partidos-crisis. En el cuerpo técnico no olvidan que la situación clasificatoria sigue siendo crítica, pero se espera que la lucha por el escudo no cese. Que lo del Metropolitano, al menos, no sea un oasis.
Para ello, el técnico italiano sigue contando con cinco bajas seguras importantes en su enfermería: Mustafi, Vezo, Radoja, Postigo y Campaña. Vuelve Franquesa a la lista y también Soldado tras sanción, pero para Alessio el valenciano está lejos de ser el primer guerrero de su fila. Clerc ya está para jugar y puede volver a su carril para devolver a Son al natural, mientras que el dibujo en el verde continuará con una línea de cinco detrás -el único sistema con el que el Levante ha logrado ganar esta temporada-. Pepelu estará en el pivote y el debate del once arranca en torno a su acompañante y los de Roger en punta. Morales fue suplente en Madrid, por lo que también se posa sobre el Comandante otro foco: puede mantenerse en el banquillo ante la rabiante necesidad de De Frutos en el campo.