VALÈNCIA. Ernesto Calpe cree en los milagros. Futbolista del Levante en la década de los 70, hijo del capitán granota que alzó en el 37 la Copa de España Libre no reconocida en las vitrinas del Ciutat, hermano del mítico Antonio Calpe -fallecido el pasado abril y leyenda de la entidad-, expresidente de peñas, miembro de la secretaría técnica del club en la época de Villarroel... Se trata de un icónico levantinista que asume que su equipo va camino de perder la categoría pero que no desiste en su esperanza de que el conjunto de Alessio Lisci dé la machada: se ha comprometido a recorrer a pie la distancia desde su casa, en Valencia, hasta el Castillo de Cullera en caso de que el Levante consiga la permanencia en Primera División.
"Los imposibles también existen y, aunque sea difícil... ¿Por qué no le puede pasar algo imposible al Levante?", exclama Ernesto a PlazaDeportiva.com. El mítico granota lo anunció en su muro de Facebook "a modo de cachondeo", pero asegura que no tiene ninguna duda de que, si se da tal hazaña, se pondrá las zapatillas para cumplir su promesa. "Hay personas a las que les toca la primitiva, otras que sufren un accidente del que salen ilesos, y decimos... ¡Esto es un milagro! Parece mentira pero eso existe", publicó en redes sociales antes de recibir un aluvión de comentarios de amigos y conocidos que se quisieron apuntar a la fiesta.
Tanto es así que Calpe confiesa que ya ha formado un grupo de 14 para su peregrinación... aunque duda en el último instante. No recuerda a cuánto asciende la lista de apuntados que se ha llenado de nombres durante su almuerzo habitual de los viernes. Finalmente son 13 los que, en unos días, han puesto una pizca de buenrollismo e ilusión a la complicada tesitura deportiva del equipo: "Le diré a mi amigo Paco que no rece, que tenemos en juego una paella y este es capaz de cambiarse de religión con tal de que pague yo", escribó. Y "va muy en serio", porque de hecho los nombres de los valientes están bien apuntados para que nadie se eche atrás.
Ernesto perdió a su hermano hace casi un año y recordó en este diario la figura de un Antonio Calpe que es, probablemente, la leyenda más ilustre de la historia del Levante. Todo un emblema de levantinismo en vena y triunfo en el mundo del balompié. Puede ser que el ahora mayor de la familia, firme defensor de la validez de aquella Copa conquistada durante la guerra, no crea demasiado en divinidades, pero asegura que si el club de sus amores logra lo impensable ahora mismo se plantearía "lo de los milagros".
¿Por qué Cullera? "Podría haber elegido el Castillo de Sagunto", admite Ernesto. No tiene un sentido especial más allá de su gusto por el municipio donde habitualmente ha veraneado en los últimos años. El itinerario tampoco está del todo claro, dice que eso ha de concretarse "en otros almuerzos", aunque asegura, en tono de broma, que "igual hay que contratar una ambulancia para los que somos más mayores". "Iremos andando, pero por supuesto pararemos a almorzar", cuenta. También marcharán "cantando el himno del Levante UD". Eso si el equipo remonta los 10 puntos que le separan de la orilla. "¿Quién sabe?", lanza una pregunta al aire. Por esperanza y apoyo no será. Una demostración de levantinismo optimista pero también agradecido.