ALICANTE. Para cuando el Ontinyent optó por inmolarse y la onda expansiva alcanzó el Rico Pérez, reventando puertas y ventanas, en el Hércules ya estaba en marcha un gabinete de crisis pero por un motivo bien distinto.
A media tarde, nada menos que Enrique Ortiz, Juan Carlos Ramírez, Carlos Parodi, Javier Portillo y Tomás Moya se sentaban alrededor de la misma mesa para abordar, entre otros temas, las declaraciones que un par de horas antes había realizado a Radio Castellón el central y uno de los capitanes Pol Bueso. En puertas del derbi con el club albinegro, el futbolista de Moncofa reafirmaba su condición de 'orellut' ("Mi corazón está en Castalia"), expresando su deseo no solo de que el equipo albinegro mantuviese la categoría ("Dios quiera que no baje"), también de regresar (se formó en él como futbolista) al mismo el próximo verano (el 30 de junio finaliza contrato), después de dejar entrever que su etapa en Alicante había terminado por adelantado, en gran medida por no contar para el técnico, algo que aseguraba no haberle sucedido "nunca" y por lo que se sentía "dolido".
Aunque siempre terminaban abogando por cerrar filas y no desviar la atención respecto a la importante cita de este sábado, la realidad es que las manifestaciones de Pol Bueso no gustaron un pelo y pocos en el Hércules se esforzaban en ocultarlo cuando se les preguntaba.
Tercera temporada de blanquiazul