VALÈNCIA. El Levante se enfrenta este sábado a un examen de situación. Otro más después de aquel del que salió con un alarmante suspenso hace exactamente dos semanas. Sin embargo, el equipo de Javi Calleja ha estudiado después del batacazo y ha vuelto a la recuperación en un momento de forma óptimo como para permitirse testar su nueva realidad. Desde que el Espanyol conquistara con solvencia el Ciutat, el Levante ha ganado los dos encuentros que ha disputado y, además, no ha encajado un solo tanto. Curiosamente, justo cuando el técnico ha decidido cambiar a su guardián bajo los palos y en un impás de encuentros en los que se ha enfrentado a dos recién ascendidos, claramente inferiores en cuanto a plantilla y presupuesto.
No obstante, ahora el elenco granota vuelve a la casilla de salida. La misma que esas dos semanas atrás: un test importante que determinará la mejora desde la última bofetada. El duelo es ante un Elche que, a pesar de que ha iniciado la temporada en clara peor forma que el Levante y con un sinfín de dudas entorno a Sebastián Beccacece, supera con creces el coste de plantilla del club de Orriols, que ha reducido prácticamente en un 50% el valor de la suya y que sigue con su Fair Play Financiero excedido. Pero eso es lo que dicen los números; el verde debe ser otra cosa. A Calleja se le vio contento en su comparecencia previa, con una energía diferente a la de semanas atrás, sumergido en la confianza en los suyos y con las buenas sensaciones en el rostro. El deber es refrendar esa percepción que solo se pone negro sobre blanco con marcadores favorables.
El Levante estará arropado
En caso de ganar en un Martínez Valero, donde el levantinismo volverá a apoyar en masa a los suyos, el decano valenciano daría un golpe sobre la mesa. Escalaría algunos puestos, seguramente anecdóticos sobre el papel por la juventud de la temporada, pero significativos por la presión sobre los que mejor venían haciendo las cosas. Zaragoza y precisamente Espanyol, después de pinchar la pasada jornada, habrán de vencer en sus respectivos choques si no quieren verse adelantados por la derecha. Con esa ilusión, casi 1.200 granotas estarán en el fondo norte del estadio franjiverde, que este curso tiene todo su tercer anillo, a excepción de la zona frontal al tiro de cámara, vacío. Es por eso que el Elche abre la mano para ceder butacas y el Levante pide un cupo casi agotado por sus fieles. La cercanía y el horario invitan a un desplazamiento histórico.
Delante habrá algún ex. Carlos Clerc se pasó por Plaza Deportiva para rememorar su pasado levantinista y desmenuzar lo que puede dar de sí el derbi de este fin de semana. El lateral del cuadro ilicitano sigue palpando un gusto amargo cuando recuerda su salida del Levante y volvió a asegurar que el expresidente granota Quico Catalán le acusó de exagerar su lesión de rodilla, de la que pidió opinión fuera del estamento médico de la entidad, por acabar contrato esa misma temporada, la que desembocó en el último descenso. Sin embargo, Clerc defendió de nuevo que, aunque sí aplazó su ampliación de contrato por una marcha del equipo que no esquivaba la Segunda División, no tenía nada firmado en Elche antes de que la campaña tocara su fin.
Es hoy la anécdota, "incomprensible", de un futbolista capital en el engranaje de Baccecece y que hoy se enfrentará por primera vez a un Levante que podría empezar a rotar con motivo del rally de derbis que le espera. Tras ganar el del Eldense y ahora afrontar el del Martínez Valero, el martes los de Calleja han de recibir al Villarreal B. Y después de eso, el viernes, con apenas tres días de descanso, viajarán a Albacete a otra de las citas exigentes que le depara la temporada a este Levante. Saltarán chispas y Calleja empezará a encender el ventilador de las rotaciones.
