VALÈNCIA. Señor Lim, el Valencia no es suyo, lo tiene compartido con muchos accionistas que no solo tenemos nuestros derechos como minoritarios, tenemos derecho a su historia, nuestra historia, recuerdos, hechos, celebraciones y desencantos. Y no me refiero sólo a los que compramos acciones y somos socios mercantiles, sino también a los que, de pequeños, nos apuntamos a nuestras tradiciones y elegimos seguir ejemplo de padres y abuelos y le entregamos al club parte de nuestro corazón. 

Esto no es una industria donde la extracción del beneficio es su objetivo final. No creo que la persona que se lo proporcionó se lo explicara o si lo hizo a usted le dio igual. 

Usted compró el formar parte de una historia que se forja día a día en esta ciudad y le debe respeto a sus aficionados porque de ellos también es la historia del club, ellos también son propietarios que aunque la ley no les asista gozan del respeto de todos. 

El respeto a nuestras tradiciones, el culto a nuestros santos, la admiración a nuestros antepasados es patrimonio de todos los que aquí vivimos y un club de fútbol centenario es parte de ese patrimonio. 

Le digo todo esto porque es mejor poner la venda antes de que se produzca la herida, el momento es complicado y va a tener la tentación de arramblar con lo que pueda y vender todo lo vendible, desguazar el club y causarle un daño irreparable. 

No lo haga señor Lim, no haga más daño del que ya ha hecho comprando algo sin saber lo que estaba comprando. Váyase por donde ha venido, y si tiene que vender perdiendo, no lo dude, es preferible hacerlo así a que la historia le recuerde como una persona non grata. 

Enrique Lucas Romaní

Presidente de Plaza Deportiva