VALENCIA. El Valencia se marchó de vacío en su visita al Santiago Bernabéu en un encuentro en el que únicamente disputó cuarenta y cinco minutos, insuficientes para obtener algo positivo. El equipo, como habitualmente esta campaña, mostró dos caras totalmente opuestas en cada parte del partido.
La primera parte del Valencia recordó a la imagen que viene mostrado el Valencia en las últimas jornadas, frente al Getafe y ante el Villarreal, y el Real Madrid lo aprovechó. El equipo de Ayestarán tuvo un dominio esteril y únicamente el acierto de Diego Alves mantuvo al equipo vivo en el partido.
Tal fue la intensidad del Valencia que ni siquiera una gran jugada trenzada fue capaz de resolver. Primero Alcácer no remató cuando estaba solo ante Casilla, su asistencia a Parejo para que la empujara no llegó a los pies del madrileño. El balón cayó en los pies de Cancelo que en lugar de rematar intentó picarla de manera absurda. Esa jugada resumió la primera mitad valencianista, control sin remate.
Además, el colegiado quiso sumarse a la fiesta y comparecer en el partido. Fernández Borbalán dio validez a un gol en fuera de juego de Karim Benzema. El ariete remató en posición claramente ilegal y posteriormente se aprovechó de un rebote para marcar, el linier levantó el banderín pero el colegiado impuso su criterio para dar validez al gol.
El Valencia se fue al descanso perdiendo por dos goles y la sensación de que el partido se había terminado estaba en la mente de todos los aficionados, pero el partido cambió en el segundo acto con la entrada de André Gomes y Santi Mina. Ayestarán retrasó a Enzo Pérez a la defensa, el Real Madrid dio un paso atrás y las ocasiones empezaron a llegar a la portería de Casilla.
Si en la primera mitad fue Alves quien sostuvo al Valencia, en la segunda fue el cancerbero del Real Madrid el que evitó el gol en varias ocasiones valencianistas. El equipo recuperó la competitividad y la actitud en el segundo acto pero apareció otro de los dramas de la temporada, la falta de gol.

Antes del primer gol Parejo estrelló un balón al palo, Casilla detuvo un buen lanzamiento de André, antes de que el luso hiciera una buena jugada por izquierda, metiera el balón en el área que despejó Varane a los pies de Rodrigo. El ariete hispano brasileño no perdonó desde la frontal del área y puso el miedo en el cuerpo a los aficionados blancos.
El Valencia estaba mostrando todos sus defectos de la temporada, la falta de actitud y de gol, y solo faltaba las facilidades defensivas que aparecieron para que Cristiano Ronaldo anotara el tercer gol blanco. El portugués aprovechó que Mustafi perdió el sitio y Barragán no hizo la cobertura para plantarse solo ante Alves y no perdonar.
Tras este gol y liberado sin la necesidad del resultado llegaron los mejores momentos del Valencia. El equipo se volcó sobre la portería de Casilla y las ocasiones llegaron una tras otra. Hasta cinco claras que acabaron fuera, en las manos del cancerbero o en el palo, antes de que André Gomes se inventará una genialidad.
El portugués demostró ante el Real Madrid todo lo que se espera de él. Fue desequilibrante y se echó el equipo a la espalda, además decidió con un golazo. Los dos goles del Valencia nacieron de sus botas. A este nivel se antoja fundamental mantenerlo en el equipo.
El gol espoleó el ánimo del Valencia que acabó con una tarjeta roja sobre Rodrigo, nuevamente con una actuación discutida del colegiado. El hispano brasileño le dijo al linier “cagón” tras una falta clara que no señaló. Muy inocente Rodrigo y en bandeja para Fernández Borbalán.
El Valencia ya no generó más peligro en la portería de Casilla y el equipo se marchó de vacío de Madrid, tras regalar la primera parte. La reacción llegó, pero demasiado tarde.