VALÈNCIA. El Levante no quiere otra noche de brujas en el Ciutat. Es momento de espantarlas. Los de Calleja vuelven a Orriols -será el debut del entrenador granota ante su afición- con el espíritu cambiado y un nuevo disfraz. Los fantasmas parecen haber desaparecido, ya hay menos calabazas y el entrenador que ocupa el banquillo no lleva puesto el traje de la 'novia cadáver'. En el último choque en el estadio granota jugó un Levante de entreguerras, hoy lo hace un equipo que necesita confirmar su mejoría. En caso de ganar, los levantinistas se auparían hasta posiciones de promoción de ascenso y serían el primer conjunto de la Segunda División en lograr cuatro victorias consecutivas esta temporada. Ni siquiera el líder, una UD Las Palmas que maravilla en la categoría y que cayó este sábado, ha conseguido esa cifra de encuentros invicto. 

Las sensaciones son buenas y el aire renovado activa al Levante y su parroquia, que quiere pasar de la bronca en la grada a la fiesta de Halloween. Para ello, Calleja no podrá contar con dos futbolistas clave en las últimas semanas: Pablo Martínez por su expulsión en Ibiza y Rubén Vezo debido a la acumulación de amonestaciones -aunque en el caso del portugués se trata de una de las piezas más en forma del equipo en el inicio de curso-. Tampoco estarán disponibles Saracchi ni Musonda, que pasarán un mes en el sanatorio, del que podría salir por fin José Campaña. El sevillano ha completado sesiones durante toda la semana y el técnico ofrecerá la lista tras la sesión de activación de este mismo lunes, en la mañana de partido.

Llegue o no lo haga el '24', las precauciones el harían arrancar, en cualquier caso, desde el banquillo. Más todavía en una semana de poco descanso en que el entrenador necesitará tirar de fondo de armario. Ahí es donde ahora mismo aparece Campaña, aunque a las órdenes de Calleja apunta a ser chaqueta de gala. Sin él y sin Pablo, el centro del campo estará cubierto por Pepelu e Iborra, y en la parte central Calleja tendrá que escoger entre alinear a Álex Muñoz en la zaga e incluir a Franquesa, o tapar el hueco que encuentra el catalán por las bajas con la titularidad del alicantino en esa demarcación, como ya ocurrió en Ibiza. Postigo apunta a ser, sí o sí, una de las patas del eje. Con un Montiel que hoy guarda las llaves ofensiva del equipo, el otro debate interno se abre entorno a la delantera, donde Bouldini se ha hecho con el puesto.