VALÈNCIA. El exjugador del Valencia CF, Rafa Mir, ha sido procesado por un delito de agresión sexual con violencia.
La juez titular de la Plaza número 8 de la Sección Civil y de Instrucción del Tribunal de Instancia de Llíria ha procesado a los futbolistas Rafa Mir y Pablo Jara por "sendos delitos de agresión sexual, en el primer caso con acceso carnal y empleo de violencia".
Para la instructora de la causa existen " indicios y no meras sospechas que apuntan a que Rafa M.V. agredió sexualmente en dos ocasiones a una de las dos chicas a las que él, Pablo J.G. y otro amigo, habían conocido previamente en una discoteca de Valencia".
Los hechos ocurrieron durante la madrugada del 1 de septiembre de 2024 en el domicilio del ahora jugador del Elche CF, en una urbanización de la localidad valenciana de Bétera, concretamente en la piscina y en un cuarto de baño. Además, la juez impone una fianza de 12.500 euros a Rafa Mir y a Jara una de 5.000 euros a fin "asegurar sus respectivas responsabilidades civiles en caso de que resultaran condenados", según explica el TSJCV.
La juez ha citado a ambos para realizar la declaración indagatoria prevista en el procedimiento del sumario el próximo 13 de octubre. No obstante, en el caso de Rafa Mir a petición de su representación legal, esa comparecencia se efectuará por medios telemáticos.
En septiembre de 2024, la Policía detuvo a Mir y a Jara tras la denuncia que presentaron dos mujeres, que aseguraron que se trasladaron a casa del futbolista después de que se conocieron en una discoteca, que Mir agredió sexualmente a una de ellas y que Jara había realizado tocamientos y agredido a la otra tras negarse a tener relaciones sexuales con él.
Mir, que pasó dos noches detenido en el cuartel de la Guardia Civil, reconoció en su comparecencia ante la juez haber mantenido relaciones sexuales con la denunciante pero defendió que fueron consentidas.
Ambas mujeres denunciaron que, tras esos hechos, y después de conseguir zafarse de los futbolistas, estos les echaron de la casa en ropa interior y les tiraron el resto de sus vestimentas por encima de la valla.
Un vecino de la urbanización llamó a la Policía de Bétera al oír gritos y ver a las dos chicas desorientadas y en la calle.