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VCF, ¿Hay alguien ahí?

VALENCIA. Desde el pasado 31 de marzo, día en el que la presidenta Layhoon presentó al actual entrenador del Valencia CF, Pako Ayestarán, nadie de la entidad ha salido de manera pública a decirle nada de nada al aficionado. 

Lo único han sido las apariciones del valiente y sincero técnico vasco y las declaraciones pospartido en los palcos del Camp Nou y Bernabéu del director deportivo Suso García Pitarch. En el fútbol un mes y medio es una eternidad. En Valencia, viviendo una de las peores temporadas de la historia, es un más que un mundo. Es un sinvivir. 

Todas estas semanas sin un referente que llevarse a la boca han servido para que Lim haya seguido dilapidando la confianza que el valencianismo le otorgó a su llegada. Hoy, el aficionado está expectante, necesitado de saber hacia donde camina su club. Necesitan respuestas. Necesitan un mensaje, pero en la entidad parecen no haberlo entendido. 

Lim tiene que definir ya el proyecto del próximo curso. Su apuesta para el banquillo evidenciará lo que busca y hacia donde camina. Mestalla lleva muchos años de experimentos y él ha colocado a dos en apenas un año y medio con Nuno y Neville. Ahora toca elegir bien. Elegir caballo ganador. Aunque eso en el fútbol no existe, si es cierto que es mucho más fácil lograr el éxito con un entrenador de postín que hacerlo con un aprendiz. Ahora la decisión es suya. 

El silencio sepulcral que se ha instaurado en el Valencia CF es muy bueno porque las filtraciones de información son mínimas desde el interior del club, igual que son incontrolables las externas, pero no es de recibo que el aficionado lleve semanas sumido en una histeria colectiva porque la entidad no tenga un referente válido para transmitir el mensaje que quieran transmitir. 

Los ridículos que ha hecho la plantilla esta temporada merecían una explicación del club. La cuarta peor temporada de la historia merecía una cara que le dijera al valencianista que ellos dentro del club también estaban sintiendo vergüenza. Alguien que les dijera que sienten lo mismo que ellos en su soledad. Pero no, el club ha copiado el modelo de los clubes grandes de hacerse los despistados cuando las cosas van mal y esperar a que la tormenta pase. 

Así, con esa brillante táctica la gente ha terminado desenganchándose. Ahí están las cifras de la Liga con casi 10.000 valencianistas menos de media en Mestalla por partido. El golpe el tremendo. No querer verlo es peor todavía. Intentar taparlo todo, de juzgado de guardia. 

Ahora, todos esos desilusionados quieren explicaciones. Las necesitan. Necesitan que Meriton se manifieste y les diga cual es el proyecto. Que van a tener de menú el próximo año y quién será el cocinero. De momento se ha acabado la Liga y sólo hay silencio. Espero que pronto haya alguien que quiera hablarle al valencianismo. Y espero que les cuenten buenas noticias. Lo primero que elijan a un buen entrenador. Luego ya seguimos construyendo la casa de la que ahora mismo no tenemos ni cimientos. 

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