Por qué creer en el Valencia

La marca VCF ya no es ejemplo de precariedad económica o destarifo accionarial, sino que ahora lo es de desconcierto deportivo...

22/01/2016 - 

VALENCIA. Quienes opinamos con cierta regularidad de todo aquello que el Valencia genera terminamos por convertirnos en magnificadores. Cuando el club va mal o muy mal expandimos el mal rollo, cuando el club va bien o muy bien ensanchamos la euforia. Por eso este días son un pañuelo de lágrimas. La marca VCF ya no es ejemplo de precariedad económica o destarifo accionarial, sino que ahora lo es de desconcierto deportivo. 

Pero el Valencia no es solo un producto en un tiempo, no es solo un análisis pegado a la actualidad. Es todo lo demás, y eso normalmente no lo contamos. 

El Valencia es un club a punto de hundirse millones de veces y que sin embargo, en lugar de rendirse ante sus miserias, es capaz de regenerar de inmediato sus aspiraciones. Un antídoto perfecto frente a la complacencia.

El Valencia es un club capaz de saldar uno de los peores años de su historia ganando una Copa, desconsiderándola. Otros en contra legan todo su pasado al reconocimiento de un solo trofeo.

El Valencia es un club que cuando más próximo a descomponerse estaba, caído a la segunda división, fue capaz de despertar un apoyo colectivo tan fuerte que se recuperó poco tiempo después.

El Valencia es un club que tras ser objeto de los peores presagios, una vez entrenador y estrellas se descabalgaron, tuvo arrestos secretos para romper la Liga a trozos con un entrenador desconocido al frente.

El Valencia es un club -rarito, volcánico, lo que quieras…- que pese a haber estado gestionado por megalómanos desaforados y manoseado en ocasiones por estafadores profesionales, ha mantenido intacta su vocación de ser algo más que un simple despojo en ruinas.

El Valencia es un club que pese a múltiples penurias y penalidades que pocas entidades hubieran soportado ha conservado intacto su convencimiento de ser algo más que una entidad periférica. 

El Valencia, en fin, es un club de cuyos letargos hay que desconfiar porque siempre acaba despertando. Conviene no olvidar que el Valencia, señor, señora, también es eso.