El nuevo entrenador del Valencia CF a sus 59 años y con una dilatada experiencia en el fútbol italiano es un técnico diferente al prototipo tradicional que se ha apoderado históricamente de los banquillos del Calcio
VALENCIA. Cesare Prandelli a sus 59 años y con una dilatada experiencia en el fútbol italiano -ha dirigido en el Atalanta, Lecce, Hellas Verona, Venezia, Parma, Fiorentina y la selección 'azzurra'- es un técnico diferente al prototipo tradicional que se ha apoderado históricamente de los banquillos del Calcio. El preparador gestado en en la provincia de Brescia recogió algunas de las consignas de Arrigo Sacchi y le dio unas pinceladas para dar un paso más allá dentro de un estilo de juego que siempre se ha caracterizado por contar con firmes creencias en una solidez defensiva y un feroz contragolpe.
Prandelli que también tiene en su 'sangre' las bases del fútbol italiano como es diseñar un equipo equilibrado y seguro en la retaguardia, trazó una extensión dentro de su estilo de juego para ofrecer alternativas sobre el 'verde' a través del trato de balón. No es partidario de una posesión 'estéril' pero sí que es partidario de hacer daño al rival con asociaciones y control en el centro del campo si es el camino más fácil para la plantilla de la que dispone.
Pese a que Cesare Prandelli cuenta con una gran experiencia en el Calcio, quizá su paso más exitoso fue sin duda, en la Fiorentina donde consiguió el premio de mejor entrenador del año en la Serie A. Metió en la Liga de Campeones al equipo viola y también alcanzó las semifinales de la Europa League en la temporada 2007-2008. Después de poder desarrollar su planteamiento en la Fiorentina, en 2010 recibió la llamada de la selección italiana de fútbol para sustituir a Marcelo Lippi.
Su etapa en la selección 'azzurra' es la que más ha trascendido por brindar a Italia de un fútbol asociativo que rompía con los ideales que habían hecho triunfar a los transalpinos en el pasado. Capaz de acoplar su sistema en función del rival y colocar sobre el césped un 4-2-3-1 o un 3-5-2 con carrileros largos que es como jugó ante España, para dar las riendas y el protagonismo a sus futbolistas con mejor trato de balón como Andrea Pirlo, De Rossi o Marchisio y llegó hasta la final de la Eurocopa donde España en su máximo esplandor, le arrebató del torneo continental con un contundente 4-0.
La figura de Pirlo como organizador y la de De Rossi como pieza básica para dar sentido a la salida del balón de Italia incrustándose entre los centrales para ejercer de 'libero', fueron los matices más importantes de una Italia que realizó un gran fútbol sin dejar descuidada la faceta defensiva pero que se encontró con una España en su mejor momento de forma. Prandelli intentó dar continuidad a esta idea de juego y el 'testigo' de generador en la medular también intentó otorgárselo a Marco Verratti durante el Mundial de 2014 pero su idea falló y al no superar la fase de grupos, presentó su dimisión como seleccionador en busca de nuevos retos en Europa.
Su última estancia en los banquillos fue tras concluir el Mundial al recalar en el Galatasaray. La aventura turca apenas duró unos pocos meses y desde entonces estaba a la espera de una propuesta deportivo que le sedujera como el Valencia CF. No obstante, pese a ser un técnico contrastado, no deja de ser un 'novato' en el fútbol español, del que se considera admirador, y tendrá que lidiar con el desconocimiento de la competición a las primeras de cambio y sin apenas margen de error tras el mal inicio liguero de los valencianistas y teniendo en cuenta que el objetivo es regresar a la Liga de Campeones.