VALENCIA. Avanza la Liga y cada semana que el Valencia CF juega en su estadio leo muchas opiniones sobre el público de Mestalla. Muchas de ellas atacan a los aficionados valencianistas que muestran su disconformidad con pitos.
Yo nunca he sido de decirle a la gente que es lo que tiene que hacer o decir en casa, porque Mestalla es su casa. Pienso que cada uno tiene todo el derecho a expresar su opinión de la manera que le parezca siempre y cuando sea respetuoso.
Pero ahora, abundan los eruditos del lugar. Esos que le echan la culpa a la grada de todo lo que le ocurre al equipo. Es como si todo lo que ocurriese de verdad en el equipo y en el club fuera culpa de una grada que siempre está.
A mí me molesta esa continua crítica a los aficionados, y que nadie se pare a pensar porque pitan o porque muestran su enfado.
Primero se achacó todo a la salida de Salvo y Rufete. Que sí, lo comparto, eso provocó un enfado en un sector de la afición que se expresó con pitos. Pero, ¿nadie se acuerda de lo descontenta que estaba la gente en verano con los fichajes? ¿De verdad? No me lo creo. No me lo creo porque en el propio club sabían que la planificación había generado mucho debate y si los resultados no salían sería una temporada complicada.
El sábado, de nuevo, hubo pitos y cabreo. Pero es que yo que quieren que les diga, lo entiendo y no me parece diferente a lo vivido con otros entrenadores. La gente venía caliente del verano porque vio como se cambiaba un proyecto que parecía funcionar. Y porque los fichajes no les convencieron, demasiados jugadores jóvenes sin kilómetros para afrontar tanta responsabilidad. La gente lo veía y lo decía. No nos hagamos ahora los 'longuis' como diría Llorente, que parece que todo venga de nuevas.
Estaba claro que ese descontento sólo se podía cambiar si llegaban victorias y buenos resultados. Sin embargo, lo que tiene la afición es un equipo que no ha sumado lo esperado en este inicio de Liga. Que está todavía lejos de la Champions, y que continuamente es zarandeado por rivales de poca enjundia.
Eso, a la gente, o a una mayoría le molesta. Le molesta que en Mestalla el Depor, el Betis y el sábado el Levante, colista y que siempre fastidia por ser el rival de la ciudad, te traten como a un trapo. Porque ha sido así. El Levante tuvo hasta 5 ocasiones claras antes del gol de Alcácer de penalti. ¿De verdad que no entienden el cabreo de Mestalla? Pues yo sí. Lo entiendo y lo comparto. Porque yo también me enfadé y mucho.
Sobre los pitos a los futbolistas no les voy a engañar. Nunca me han parecido tan mal. Sean de nuestro equipo o no. Es la manera que tiene la afición de hacerle saber a un futbolista que no está contenta con él. Los jugadores son las personas más egoístas que existen en la tierra, y sólo una buena pitada los hace despertar. Es mi opinión y no la cambio. Quizá se me note en exceso que no soy amigo de ellos, pero es que sinceramente sólo me interesa que rindan como toca y que nos den muchas alegrías. Por eso, no me parece tan vergonzoso como a algunos que Mestalla le ponga las pilas a sus futbolistas. No sé, me parece fútbol. Sin más. Exactamente igual que lo piensan los futbolistas. Ellos son los primeros que saben que los pitos de esta grada son aplausos cuando se lo dejan todo y medio las cosas salen medio bien.