VALÈNCIA. Reza el dicho castellano aquello de que "el asesino siempre vuelve al lugar del crímen", y parece que la política de fichajes del Valencia CF de la mano de Meriton sigue a rajatabla dicha premisa.
El nombre de Rafa Mir vuelva a estar en la órbita de los futbolistas cuyo nombre se asocia a la entidad de Mestalla; es la tercera vez en un año de diferencia que este nombre aparece en la lista de teóricos refuerzos del conjunto blanquinegro.
De todos es sabida la querencia de Rubén Baraja por el delantero murciano. Lo tuvo a sus órdenes cuando el Pipo entrenó al juvenil y Nuno lo acabó subiendo a destiempo y contra todo pronóstico al primer equipo para jugar Champions en San Petesburgo ante el Zenit.
Sin embargo hay un contexto que explica que esta tercera intentona venga ya muy condicionada. El Valencia CF ya ha dejado colgado dos veces al futbolista, y el recelo y los tiempos límite van a impedir volver a los dos vodeviles de hace un año y de hace seis meses.
Recuerden que pese a la voluntad del futbolista y de Baraja, Lim desautorizó el fichaje en verano cuando mucha gente lo daba por hecho y el club tuvo que virar a marchas forzadas sobre su objetivo para acabar trayendo a Roman Yaremchuk. En enero fue peor, y el fichaje pasó de estar hecho al mediodía a estar caído por la tarde con visita del propio futbolista al despacho de Víctor Orta para intentar reactivar la operación y encontrarse con que el Valencia CF había plegado velas de manera definitiva.
Es más, aquella situación abrió una crisis "diplomática" entre ambas entidades con cruce de declaraciones entre un Víctor Orta que desnudó las carencias del "local management" al recordar que pese a intentar retomar las negociaciones, el Valencia ya había cerrado su mercado porque Lim se había acostado y los ejecutivos de aquí no tenían firma. Aquello fue contestado por Miguel Ángel Corona días después desmintiendo dicha versión y acusando al Sevilla de falta de seriedad al haber cambiado las condiciones acordadas para la operación en el intercambio de documentos.
Rafa Mir no está dispuesto a esperar eternamente al Valencia CF, y aunque a Baraja le aseguraron que este verano no se apuraría hasta el final del mercado para completar la plantilla, hay varios factores que -en estos momentos- dificultan la operación.
Si bien el Sevilla necesita deshacerse del delantero (por Fair Play y porque no cuenta con él en ninguno de los escenarios), el principal problema vuelve a ser el económico. Alcanzar un acuerdo con Mir va a necesitar de muchas negociaciones, dada su ficha de 2.4 millones de euros netos (no olvidemos que el conjunto hipalense ha tenido durante los últimos años status de conjunto Champions, y conforme al mismo pagaba a sus jugadores)
Mientras no haya un acuerdo total con Rafa Mir, el Valencia CF no va a llamar a la puerta de los nervionenses; y llegado el momento, ahí encontrará el segundo obstáculo. El Sevilla mira con desconfianza al Valencia CF y a sus interlocutores dados los finales que tuvieron las negociaciones por Mir en agosto de 2023 y enero de 2024. Aquella herida provocada por el cruce de acusaciones no es que no haya acabado de cicatrizar, pero aún está muy tierna.
Además ya hemos explicado que Mir también está escarmentado de los dos últimos mercados y quiere cerrar su futuro -como muy tarde- a comienzos del mes de julio. Pese a que el futbolista habría vuelto a confesar a su entorno más próximo que el Valencia es su prioridad, en las últimas horas ha sonado en Sevilla un posible interés del Celta de Vigo por hacerse con el atacante.
Pese a contar con contrato en vigor (hasta 2027), Rafa Mir se encuentra en el grupo de futbolistas por los que el Sevilla quiere negociar porque necesita aligerar coste de plantilla (en el mismo caso estarían Januzaj y Joan Jordan). Los del Pizjuán tienen su límite salarial excedido en 50 millones de euros y toda ayuda para aligerar ese apartado será bienvenida.
Estos son los pros y los contras de la tercera intentona del Valencia CF por hacerse con Rafa Mir ¿Será esta la definitiva?