Cultura

traductor 

Javier Pérez Alarcón, el mago de las palabras

  • FOTO: Marga Ferrer

VALÈNCIA. En diez años de trabajo, ha podido formar parte de grandes producciones, como la saga Scream —de la que se considera especialmente fan—, y en series que ha visto crecer temporada tras temporada, como El cuento de la criada o Love, Death & Robots; también en estrenos ultra taquilleros como Super Mario Bros, la película, Five Nights at Freddy’s o en títulos más alternativos como Licorice Pizza. Un poco de todo, vaya. Ahora cobra por lo que de pequeño hacía gratis desde el butacón de su salón, que se ha convertido en una silla un poco más ergonómica sobre la que ve las películas antes que nadie. Lo que no ha cambiado es que las sigue viendo arropado en un cómodo batín, el único testigo de las anotaciones que toma en su libreta y que le permiten no perderse ningún detalle entre los idiomas, para evitar estar Lost in Translation. 

Es una fría —y casi lluviosa— tarde de enero en los cines Lys. Javier entra al espacio que le ha visto crecer, desde sus diecisiete años hasta hoy. Lo hace vestido de negro, con una boina y un pin en la solapa de su gabardina en el que se puede leer I speak fluently in movie quotes, que traducido quedaría como: «Me comunico con fluidez en citas cinéfilas». Ahora, con la treintena a la espalda, vuelve al cine al que acude religiosamente a disfrutar de los estrenos y, aunque acostumbra a estar tras la pantalla, se presta a posar frente a la lente de Marga Ferrer, quien a través de su cámara capta su esencia «pura y cinéfila», para contar la historia de la obsesión de un niño —ahora mayor— por las palabras.

¿Qué hace un traductor?

Pero antes de llegar a los méritos… ¿Qué hace realmente un traductor? Cuando hablamos de traducción audiovisual no solo se trata de adaptar y traducir el texto entre dos idiomas. El oficio de Javier consiste en ver películas y series —guion original en mano— una y otra vez hasta encontrar la traducción perfecta al español. Esta debe situar al espectador en el espacio y tiempo en el que sucede el relato. Si un trabajo está bien hecho, el espectador tiene que comprender también la relación y el origen de los personajes, todo ello a través de la palabra: «Traducir no es solo pasar de un idioma a otro, lo complicado es estudiar los subtextos del relato, averiguar las relaciones que existen entre los personajes, si se ponen motes, si crean palabras únicas y revisar el tono —explica—, es un proceso largo en el que hay que pensar constantemente en el momento en el que se sitúa el relato y quién lo cuenta», aclara.

Recibe toda la actualidad
Plaza Deportiva

Recibe toda la actualidad de Plaza Deportiva en tu correo