Los resultados del equipo en este inicio de temporada, fuera de puestos de Copa del Rey, obligan a la entidad taronja a plantearse un cambio de banquillo y fijarse en técnicos entre los que se encuentra el seleccionador español
VALÈNCIA. El inicio irregular del Valencia Basket esta temporada podría estar cerca de cobrarse su primera víctima. El club se encuentra en estos momentos entre la espada y la pared. Los malos resultados del equipo en Liga llevan a escoger entre dos caminos: continuar con Jaume Ponsarnau en el banquillo, a riesgo de que la plantilla continúe en la línea de relajación que arrastra, o apostarlo todo trayendo a un nuevo técnico. Cualquiera de las dos decisiones es arriesgada pero Valencia Basket ya se ha fijado en el seleccionador, Sergio Scariolo, según ha podido saber Plazadeportiva.com.
La gota que colmó el vaso fue la bochornosa derrota ante el Iberostar Tenerife por 100 a 66 donde ni entrenador ni jugadores fueron capaces de dar una reacción para evitar el peor resultado en 14 años. La evidencia es que el equipo no ha podido competir contra rivales directos en la clasificación de la Liga como Unicaja, Real Madrid, Barça, Baskonia y el mismo Tenerife. Y es algo que se necesita revertir cuanto antes.
Lo cierto es que los resultados no han sido el único motivo por el que han saltado las alarmas en la dirección deportiva respecto a la elección de Jaume Ponsarnau para el banquillo esta temporada. Las dudas han llegado, en buena parte, porque a diferencia de otros años los jugadores no han elevado quejas al club por la dureza en los entrenamientos con determinados entrenadores. Un hecho que lleva a la cúpula taronja a cuestionarse la implicación de parte de la plantilla y la gestión de vestuario que está llevando a cabo el técnico catalán, que ha podido provocar un acomodamiento con una Eurocup que exige mucho menos que la Euroliga.
Recordemos que el motivo por el cual la entidad decidió no continuar la relación con Txus Vidorreta fue que se le escapó de las manos el billete ante Herbalife Gran Canaria en la Fonteta. Aún necesitando un salto de calidad en el banquillo que garantizara el cumplimiento de dicho objetivo esta campaña, Valencia Basket apostó por la promoción interna. Jaume Ponsarnau, segundo entrenador durante tres años en el club y experiencia como primero en ACB, era el elegido para dirigir el banquillo.
Una decisión que los jugadores acogieron con los brazos abiertos, pues Ponsarnau había sido durante su anterior periodo el enlace entre la plantilla y el primer técnico, por lo que la relación entre ellos era estrecha. Sin embargo, los resultados han puesto de relieve una posible relajación de los jugadores que se refleja en su actitud en la pista, sobre todo ante rivales que a priori están al mismo nivel.
La dirección deportiva del Valencia Basket se había mantenido firme hasta este momento pero las dudas están ya a flor de piel. La victoria ante el Partizan que clasifica al equipo para el Top16 de la Eurocup, además de mantenerlo como líder, no es suficiente para calmar las aguas. No todo el mundo ha dado un paso al frente. La dirección deportiva se ve en la tesitura de elegir entre dos caminos. Por un lado, seguir a muerte con Ponsarnau, aún sabiendo que la victoria en Belgrado y un posible triunfo el sábado en Liga Endesa ante el recién ascendido Guipúzcoa no debería ser la vara de medir que demuestre la competitividad de la plantilla y la dirección de Ponsarnau. Por otro lado está la posibilidad de pegar un volantazo y apostarlo todo por un entrenador de corte más duro.
Por esa segunda vía el club empieza a barajar nombres y uno de los que más agrada en estos momentos a la cúpula taronja es Sergio Scariolo, seleccionador de España y actual asistente de los Toronto Raptors de la NBA. Un técnico contrastado que puede dar ese plus de motivación y presión que los jugadores actualmente podrían no estar sintiendo con Ponsarnau, para devolver al club a la Euroliga. Y la duda de la dirección deportiva respecto a las decisiones tomadas de cara a esta temporada llevan también a plantearse un escenario nuevo. La entidad estaría sondeando en estos momentos la posibilidad de cerrar una relación a largo plazo para dar más solidez al proyecto.
El balance de 4-5 en Liga Endesa y de 6-2 en Eurocup está empezando a poner en peligro el proyecto de la entidad. El objetivo último del club es consolidarse en la Euroliga, clasificándose de nuevo, aunque a día de hoy lo principal es conseguir el billete para la Copa del Rey como cabeza de serie. Un reto para el que Valencia Basket en estos momentos ya se ve obligado a bajar las expectativas buscando directamente la clasificación. La derrota en La Laguna dejó al conjunto taronja fuera de los ocho primeros, ocupando actualmente la décima plaza.
El hecho es que quedan ocho jornadas para el corte de los equipos que participarán en la Copa del Rey y la media (normalmente) necesaria para entrar entre los ocho primeros son 10 victorias. El Valencia Basket necesitaría ganar, al menos, seis partidos para poder clasificarse, no para estar entre los primeros. Los rivales hasta la jornada 17 son: Guipúzcoa (C), Andorra (C), Burgos, Estudiantes, Zaragoza (C), Joventut, Gran Canaria (C) y Breogán. Aunque este camino va a ser más apacible que el ya recorrido, sin duda no será un camino de rosas.