VALÈNCIA. Siempre se ha dicho que una de las características que reúnen los equipos de leyenda es la de poder recitar su once de memoria. La consistencia de los equipos con un buen rendimiento hace que durante muchos partidos el entrenador confíe en un núcleo de futbolistas del cual sale un once sin apenas variaciones.
Desgraciadamente no es el caso del Valencia CF con ninguno de los 3 entrenadores que han pasado este año por el banquillo ya que el conjunto de Mestalla no ha conseguido repetir alineación en los 26 encuentros disputados en la liga.
El comienzo de temporada suele ofrecer poca estabilidad dado que el mercado sigue abierto y el Valencia apura mucho los plazos en cuanto a entradas y salidas. De este modo, en los primeros onces de la temporada (hasta la tercera jornada incluida) podemos encontrar todavía al hoy futbolista del PSG, Carlos Soler. Del mismo modo, Gayà se perdió las primeras 4 jornadas por la injustificada y aberrante sanción de cuatro partidos impuesta desde la RFEF. De igual manera, André Almeida no debuta hasta la 4ª jornada, Kluivert en la 5ª, y Cavani no lo hace hasta la 6ª.
A partir de ahí parece que el once tipo de Gattuso es el conformado por Giorgi Mamardashvili como portero, Thierry en la derecha, Diakhaby y Cömert como centrales y Gayà en la izquierda. Guillamón era el pivote flanqueado por Yunus y Almeida, y arriba Castillejo a la derecha, Lino a la izquierda y Cavani como punta. Sin embargo las lesiones de Gabriel y Castillejo en Cornellà imposibilitan la continuidad. Poco a poco las bajas se van produciendo en la línea de centrales (Cenk debuta en la undécima jornada ante el Mallorca) y en la de mediocentros y algunos planteamientos como el utilizado por Gattuso en Sevilla dan entrada en el once a Foulquier.
Antes del Mundial se cae Cavani y a la vuelta del mismo las lesiones fulminan a Nico y Thierry. Tras la vuelta de Qatar y con las bajas ya referidas el equipo se desploma, y Gattuso comienza a verse superado. Ni hay ideas fijas, ni un once tipo, ni un dibujo base, ni nada por el estilo. Hablar de un once tipo era una quimera hasta el punto que en el último partido del técnico italiano (en Valladolid) Mosquera juega como titular de lateral derecho cuando hasta el momento nunca había actuado de inicio.
La etapa de Voro fue corta y se movió buscando una estabilidad imposible. La rotación de centrales por problemas físicos o por sanciones (como la de Gabriel en el Bernabeu), la falta de recursos en el centro con Nico de baja y Guillamón en baja forma, y la baja de Castillejo sin un sustituto claro, impidieron a Voro encontrar una estabilidad que le hubiera acercado a mejores resultados.
La llegada de Baraja parece haber estabilizado la idea futbolística, aunque no el once. Sí queda claro que Foulquier está para el Pipo por delante de Thierry, que comenzó con Gabriel y Diakhaby en el eje de la zaga, y que ahora Cenk parece el tercero en discordia por delante de Cömert. Que Nico y Guillamón ya han jugado juntos y que Ilaix Moriba ha desperdiciado dos titularidades (Getafe y Camp Nou), que Hugo Duro se ha reenganchado, y que la incógnita es saber si la llegada de Cavani le tapará el sitio al madrileño o si por el contrario el técnico pucelao variará el dibujo para jugar con dos delanteros y juntarlos a ambos.
En virtud de ir despejando todas esas incógnitas, de manera rápida significará que el once se va asentando y que por tanto, lo más normal, es que se vayan consiguiendo los resultados que tanta falta hacen.