VALÈNCIA. El ex jugador del Valencia Javier Subiarts afirmó que el mejor recuerdo que guarda de la Recopa de Europa que su club logró el 14 de mayo de 1980, hace exactamente cuarenta años, es el del regreso a casa con todos los pueblos abarrotados de gente que les animaba al borde de la carretera.
El Valencia ganó la Recopa en Bruselas ante el Arsenal en la tanda de penaltis y en su vuelta a casa voló hasta Barcelona para continuar en autobús a Valencia.
Según recordó el centrocampista en una entrevista con EFE, a medida que se acercaban a la ciudad cada vez había más gente en los pueblos que se había echado a la calle para felicitarles. Subirats, nacido en Paterna (Valencia) hace 62 años, debutó en el Valencia en la temporada 77-78, pero en la siguiente jugó en el Girona al hacer el servicio militar en la ciudad catalana.
A su vuelta inicio una trayectoria de once campañas más en Valencia a partir de la 79-80 y hasta la 89-90. Posteriormente fue secretario técnico del club de Mestalla en la época de esplendor de los primeros años del siglo XXI.. "La Recopa fue mi primer título con el Valencia y supuso una gran alegría. Vivimos momentos muy bonitos en el estadio de Heysel y en Bruselas pero sobre todo a la vuelta. El retorno fue fantástico", aseguró.
Vinculado todavía al club a través de la Asociación de Futbolistas, Subirats dijo que el paso de los años le ha hecho valorar más aquel recibimiento. "En aquel momento lo vives y lo ves como normal, pero ahora lo recuerdo con mucho cariño y lo valoro muchísimo más. Entonces veías el fútbol como un juego aunque fuera tu profesión, pero luego te das cuenta que llegar a eso es muy complicado", continuó. "Para lograrlo has de superar muchos obstáculos y son muy pocos los elegidos. Nosotros tuvimos la suerte de serlo en aquellos años", apuntó el jugador de Paterna que ha llegado a disputar un total de 354 partidos de competición oficial con el Valencia, en los que marcó 35 goles, uno de ellos en aquella Recopa.
La temporada 1979-80 fue muy especial para él. "Acababa de volver de la mili. Había debutado dos temporadas antes, pero me tocó irme a Girona y jugar en Segunda B. Eso crea mucha incertidumbre, pero cuando volví tuve la suerte de que estuviera Alfredo di Stéfano como entrenador", subrayó. "Di Stéfano fue mi padre futbolístico, como el de muchos otros jóvenes. Recuerdo que en la noche antes del partido en Glasgow (la vuelta de los octavos de final tras el 1-1 en Mestalla), nos llamó a Pablo (Rodríguez), a (Miguel) Tendillo y a mi. Nos dijo que íbamos a jugar de titulares y nos preguntó si estábamos convencidos", explicó.
Tras el 1-3 de aquella noche, continuó Subirats, "siguió confiando en nosotros y en la final ante el Arsenal ya más o menos sabíamos que íbamos a jugar". De aquel encuentro, señaló que, a diferencia de partidos como el de Escocia o las eliminatorias ante el Barcelona o el Nantes, fue un choque "muy trabado" y que los partidos bonitos había sido los anteriores. "Lo importante de la final es que se pudo ganar", dijo.
El conjunto valencianista se impuso en la tanda de penaltis tras completar los 120 minutos de la final con un empate a cero. Aunque Subirats era uno de los lanzadores habituales de penaltis, no pudo chutarlo porque había sido sustituido por Ángel Castellanos al final de la prórroga. "Castellanos lanzó y marcó. Aquel día todos contribuimos", apuntó. "Vivimos la tanda con la incertidumbre que se tiene en esos casos y más cuando en el primero falló nuestro mejor jugador (Mario Kempes). Después ellos también fallaron, (Carlos) Pereira estuvo sensacional en la portería y al final pudimos celebrar el título", rememoró.