Sólo contra todo y contra todos. El Valencia encara su capítulo más ilusionante y más complicado. Por un lado es el último obstáculo para estar optar a estar en una final diez años después. Por otro, el bombo del sorteo fue tan cruel en semifinales, como benévolo en cuartos. Sacó la justicia poética justo en el momento más inoportuno.
La diosa fortuna ha decidido darle la espalda al Valencia CF en la fase en la que más falta le hace a los de Marcelino. Como si pretendiera igualar toda la suerte que tuvieron con las ausencias en el rival durante el primer tramo de la competición, el azar ha querido igualar esta circunstancia en el peor momento posible.
Entre lesiones y sanciones, Marcelino tiene cada vez menos efectivos de los que tirar para mantener al equipo en las posiciones privilegiadas de la tabla clasificatoria. Urge ver las posibilidades que pueda llegar a ofrecer el siempre complicado mercado de invierno.