VALÈNCIA. El talón de Kondogbia no es más que la punta del iceberg de todo lo que pasa en el Valencia CF. El talón y la punta, todo lo que hay que dominar en el baile de claque, en caminar con tacones o incluso para andar, algo que no parece que haga este Valencia.
En el caso de Kondogbia y su talón, que parece más importante para él que para Aquiles, las cosas deberían estar más claras. O paga o entrena. El problema es que cuándo tienes un mando débil, cualquier subordinado se te puede subir a las barbas. Y es lo que ha hecho el centroafricano. Kondogbia tiene enfadado a todo el mundo dentro del club, presidente, entrenador, compañeros y médicos, nadie se cree ya el supuesto dolor del centrocampista, que solamente se ve jugando de colchonero. Ahora bien, hay más culpables.
En el caso de Simeone, tan crítico con Real Madrid y Barcelona, se ha convertido en todo lo que ha criticado y está actuando de manera soberbia, ya saben que el equipo del pueblo es intocable, y no es la primera vez.
Ya mareó a Rodrigo Moreno, que vació su taquilla de Paterna y se despidió de sus compañeros sin saber que su fichaje por los rojiblancos se iba a pagar con dinero del 'Monopoly', y ahora está haciendo lo mismo con Geoffrey, que va camino de su tercer partido ausente.
También el presidente, que está desbordado y no sabe cómo afrontar esta crisis, menos mal que ha llegado Joey Lim al rescate... pero eso es otro tema. Falta gente de fútbol dentro del club, y ahora mismo la realidad es que los que saben, o no mandan o se quieren marchar.
Así, el Valencia CF seguirá pendiente del talón de Kondogbia hasta el día 5 de Noviembre, fecha límite para su marcha al Atlético de Madrid, mientras el barco valencianista choca contra Icebergs cada fin de semana y se hunde un poco más. Eso sí, habrá que ver las reacciones de sus compañeros y entrenador el día cinco cuándo ya no le duela nada.
Lo dicho, el talón de Kondogbia es grave, muy grave. Pero solamente es la punta del iceberg del descontrol que hay en el club. En un equipo serio, ya se habría ido dónde más duele, al bolsillo, y el bueno de Kondogbia ya estaría entrenando, asunto arreglado.