VALÈNCIA. "No hay nada más grande que ser un murciélago". La frase es de don Ricardo Arias y la reproduce en las redes su hija Irene añadiendo de entrada la frase que titula esta columna de opinión. Y es así por mucho que los actuales mandamases de este club no lo quieren ni lo intenten entender. Llevamos 102 años de historia y para algunos de nosotros, muchos, la mayoría, eso significa más de una vida compartiendo pasión y amor por unos colores que nos representan mucho más que cualquier persona que hoy en día esté a los mandos de este club. El Valencia es puro sentimiento. Eres valencianista y lo sientes desde el día que naciste. Y ni un gran gestor, ni un mal gestor, va a poder cambiar ese sentimiento. El Valencia se lleva en el corazón, se lleva dentro, y te acompaña todos los días de tu vida de una forma casi misteriosa. Es como un amor eterno de esos que nunca se olvidan. Y sinceramente, eso me pasa a mí, te llevo dentro y te quiero, y como dice la hija de Arias te siento desde el día que nací.
Repaso alineaciones históricas en mi cabeza y agolpo casi sin darme cuenta un montón de recuerdos inolvidables. Esas entrevistas a Kempes cuando yo empezaba en esto, esas charlas con Enrique Buqué aprendiendo y soñando con la gloria y con sonrisas, ese gol, cualquiera, de alguna final inolvidable o esas dos finales de Champions que quedan en el camino de algo inolvidable. Y sí, son 102 años de historia y los recuerdos se agolpan de forma extraordinaria. Y siempre acuden las grandes gestas, las grandes declaraciones, de un jugador u otro, pero con el murciélago acompañándote haya por donde quieres que vaya tu historia y tu memoria. Y ahora, además, tenemos un presente triste y enemigo de los que sienten el Valencia en el corazón. El futuro es incierto, oscuro y tristón, pero hagan lo que hagan los que mandan nunca podrán liquidar ese sentimiento que nos acompaña desde el día que nacimos.
Veo también unas imágenes del Chufero, más conocido como Fernando Giner, acompañado por un buen grupo de veteranos de este club inmenso, haciendo unas declaraciones con la foto de Españeta a sus espaldas y se me llenan los ojos de lágrimas. Todo eso, todas esas historias, no existe ningún Peter Lim en el mundo que nos las pueda robar. El Valencia es mucho más que una inversión o un simple negocio. Hablamos de un sentimiento que se mete en tu vida desde que naces y que es imposible que gente con dinero y sin sentimiento alguno puede llegar a comprender.
Y tenemos que regresar al presente y a pensar en cuál es el futuro que le va a tocar jugar al Valencia. Y resulta complicado e incluso muy tristón observar cómo después de 102 años de historia, de sonrisas y lágrimas, ahora nos toca vivir una etapa de miedos e incertidumbre como nunca antes habíamos vivido. Pero yo soy un romántico empedernido y no tengo claro cuál va a ser el futuro de esta entidad más que centenaria.
Pero mi corazón está conmigo, me acompaña siempre desde el día que nací, y yo me siento como un murciélago más preocupado por el presente pero enamorado a lo bestia de esta camiseta que porta un murciélago acompañando a u escudo y de alguna forma acompañando también a nuestro corazón. Y el futuro está ahí, a la vuelta de la esquina con mala cara y pocas soluciones para brindarnos alegrías. Pero se lo digo claro. Yo no me rindo. Vamos a luchar todos juntos por el futuro del murciélago y por un futuro cargado de sentimiento y de corazón.
Yo me quedo con Kempes, con Arias, con Españeta, con Giner... y sueño con ver al Valencia de nuevo en buenas manos. El camino lo desconozco o no lo intuyo ciertamente. Pero manda mi corazón y este es claro y rotundo. Te llevo dentro y te siento desde el día que nací, como dice la hija de Arias, y ese sentimiento me va a acompañar toda la vida. Ser del Valencia es ser parte de nuestra historia. Amunt valencianistas. Desconozco cual va a ser nuestro futuro, pero el Valencia, mi Valencia, tiene futuro seguro.