Hoy es 15 de octubre
VALÈNCIA. Estoy más convencido que nunca de que el Getafe fallará porque han de temblarle las piernas, aunque lo que está haciendo merece todo el reconocimiento, salvo que, en circunstancias normales, sus números actuales solo darían para clasificarse para la Europa League. Y digo esto porque este año la cuarta plaza está más barata que nunca. Tiene mérito, sí, más aún si recordamos aquello que dijo su excéntrico presidente cuando aseguró que su equipo estaba destinado al descenso ya desde los despachos.
Lo cierto es que estoy seguro de que el Valencia CF, que está muy dado a flaquear en algunas ocasiones claves, esta vez se mostrará más firme que nunca, sobre todo porque se le da muy bien jugar con la ansiedad de los otros. Ahí este equipo sí te mata. Y hay otra cosa que me tranquiliza para este jueves: el Arsenal también viene con la desesperación en su mochila y Unai Emery es nerviosito por gracia y obra de su mente ganadora, es decir, de su dios interior. Y hasta aquí quería llegar: al Getafe, en copa, Mestalla le hizo temblar, desesperarse, ponerse nervioso ¿por qué no podemos hacer lo mismo contra el Arsenal? Mestalla debe vestirse de corto otra vez, y el fin de semana (contra el Alavés), igual, porque hay que estar al lado de este equipo y de su técnico. Y lo digo desde el más profundo convencimiento de ello: ahora toca zafarrancho de combate y alentar a los valientes, o al menos alentar a que lo sean, unos y otros, porque Mestalla es tierra para valientes, para lo bueno y para lo malo.
Volviendo a lo dicho, este jueves viene el técnico vasco Unai Emery y debe hacérsele difícil respirar por muchos motivos. Me da lo mismo si sus compinches van por ahí tratando de bajar la fiebre del personal: ahora mismo lo que me pide el cuerpo es, sobre todo, hacer que el campo arda de fuerza con su equipo y me encantaría que Mestalla pusiera nervioso a un técnico que se caracteriza por su valentía, sin duda, pero también por sus dudas y titubeos. Eso quiero: que dude más que nunca, que se le caigan a los pies las ideas que se le puedan cruzar por la cabeza durante el partido o que cada vez que su zapato pise el césped se le recuerde su carrera alocada de hace unos años con el cuadro hispalense. El jueves nos toca correr así de felices a nosotros y para hacerlo hay que ganarle a él y a su Arsenal, desde el primer minuto, desde el primer segundo. Y luego, cuando acabe el partido, respeto máximo hacia su persona, a pesar de los muchos pesares que podríamos recordar, pero también a costa de las cosas positivas que dejó. Reconocimiento o indiferencia, lo que sea, pero no más que eso, porque al Valencia CF le interesa pasar a la final de la Europa League por encima de todo: me vale todo aquello que, siendo legal y respetuoso, sirva para sacarle de sus casillas, hacerle temblar o provocar que se amarre a su pasado, porque así no estará viendo el presente, el partido, la jugada. Por tanto, hay que hacer que se despiste, que se distraiga en su laberinto y en sus fantasmas o demonios, que los tiene. Sería un buen comienzo conseguirlo desde el primer minuto, como se consiguió contra el Getafe en la copa a pesar del varapalo de recibir un gol nada más comenzar el partido.
Todo es cuestión de convencimiento y de concentración: esta plantilla del Valencia CF debe saber que todos están a muerte con ellos y que es ahora y aquí el momento de hacer que este club crezca de su mano. No podemos permitirnos despistes, actuaciones infantiles (algún día le corto las manos a Diakhaby, lo prometo), decepciones, desconexiones, etc. Debe ser un partido tenso donde lo pasional juegue un papel importante, pero también lo profesional, por eso exijo que algunos jugadores, algo fríos de normal, den también un paso adelante, porque este jueves no solo deben estar a la altura los once de inicio: esto es cuestión de todos en esa plantilla. Y lo mismo digo a Mestalla: hay que ganar al Arsenal, no solo a Emery, pero si nos tomamos nuestra revancha, mejor que mejor. Todo suma, claro. Pero ya hemos podido comprobar que si cada uno va a lo suyo somos débiles, frágiles, vulnerables ¿y estos jugadores quieren que se les recuerde por ser valientes o por caerse en el momento determinante de la temporada? Yo creo que todos van a dar un paso de valiente, porque sin arrojo no hay gloria y sin riesgo no hay éxito y con ellos estará— nunca ha dejado de hacerlo— Mestalla. No muramos ahora en la orilla, que cuando dicen eso de que el cementerio está lleno de valientes siempre lo dicen quienes nunca tuvieron la oportunidad de demostrar su propia valentía de verdad. Pero ojo: hacer que tiemblen los rivales también nos hará valientes a los que estamos fuera del césped, animando. Nos ha llegado a todos y todas la oportunidad de demostrar quiénes somos y quiénes queremos ser.