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la cantina

Treinta años de amor por el Individual

30/06/2023 - 

VALÈNCIA.  El otro día caí en la cuenta de que llevo treinta años asistiendo, de una u otra forma, al Campionat Individual ‘d’escala i corda’. Tres décadas viendo desfilar por los trinquetes, primero en Sagunto y luego en Pelayo, a los reyes de la pilota, a los números uno de un deporte fabuloso en el que, desgraciadamente, son muy pocos y encima siempre están peleados. Unos tiran de la cuerda para un lado y otros para el contrario, y lo curioso es que ninguno de los que ha estado haciendo fuerza ha pasado a la posteridad. ¿Alguien recuerda un presidente de la Federación de Pilota Valenciana que haya alcanzado cierta notoriedad revolucionando o elevando su deporte, o, al menos, triste consuelo, apaciguándolo? Ni uno.

Pero no quiero hablar del lado más feo de la pilota. Esta semana es la final del Individual y eso, la partida más relevante del calendario, es infinitamente más importante que los egos y las disputas de los que van con cuello blanco. El sábado, en el trinquete Pelayo, que parece que va a acabar siendo gestionado por Dani Ribera, se van a enfrentar Puchol II y Pere Roc.

El mano a mano es el torneo del morbo. Dos pilotaris cara a cara, sin nadie más, en un pulso por ver quién es mejor de los dos. Y la final, con el trono en juego, es el no va más. Durante treinta años he vivido partidas colosales, finales trágicas, duelos de película. Al principio asistí al relevo natural del mítico Genovés a Sarasol I después del célebre ‘Perdona’m, Paco’ que pronunció Enrique Sarasol tras destronar a su maestro en 1992. Yo llegué un año después. Entré de prácticas y el jefe de Deportes me mandó casi directo a cubrir la final del Individual entre Sarasol y Genovés cuando ya no había color. Paco Cabanes decía de su discípulo que jugaba este torneo con el manual en la mano. Sarasol, muy completo técnicamente, era, además, un excepcional estratega.

Después vino Álvaro, el resto que revolucionó este deporte. El zurdo de Faura elevó la preparación física a otra dimensión y, desde entonces, ya nada volvió a ser igual. A partir de Álvaro ya todos tenían que ser portentos físicos y de aquel revolucionario tenemos hoy a fortalezas como las de Puchol II o Pere Roc. Álvaro reinó durante la primera década de este siglo, en la que permaneció invicto desde 2001 a 2009. Sus triunfos fueron también las derrotas de Genovés II, que tuvo rendido a Álvaro en el primer duelo, en 2004, y lo dejó escapar. José Cabanes perdió cinco finales contra el resto de Faura y una contra Soro III. Nunca se proclamó campeón.

Justo antes, se coló Grau, el único ‘mitger’ que ha levantado la Feninde, el trofeo del Individual que reproduce un friso griego en el que seis jóvenes juegan una partida de pelota a mano. Grau venció a Álvaro por talento y por tener la humildad de dejarse asesorar por Vicente Alcina. El preparador, antiguo seleccionador, aprovechó un resquicio en el reglamento para alargar hasta la exasperación los descansos de Grau, mucho menos poderoso físicamente que el Bou de Faura. Alcina es ahora el preparador de Puchol II, el número uno actual tras el reinado de Soro III, a quien puede igualar este sábado si conquista su sexto Individual en Pelayo. Pero hay un dato que seguro le rondará a Pucholet durante toda la semana: Pere Roc ha estado presente en dos de las tres únicas derrotas que ha sufrido en el mano a mano desde 2016.

Ya decía Enrique Sarasol hace treinta años que los zurdos tienen ventaja en el trinquete, una cancha asimétrica que tiene el dau a la izquierda. Que eso hace que puedan restar la ferida, el saque, con su mano buena. Y Pere Roc, que en realidad se llama Rodrigo Sebastiá pero adopta el nombre artístico de su iaio, es zurdo y llega pletórico a la final. Puchol es Puchol y, por historial, el favorito, pero está muy presente su derrumbe físico tras ganar la semifinal contra Marc en Vila-real. El resto de Vinalesa llega, además, con una mano tocada, pero es el número uno y eso siempre pesa.

El sábado volveré a Pelayo para ver otra final del Individual y durante la partida recordaré a Genovés, a Sarasol II, a Álvaro, a Grau, a Soro III y a Puchol II. Es curioso que después de 38 ediciones sólo haya campeones de seis localidades: Genovés, Faura, Massamagrell, Vinalesa, València y Petrer, de donde salió Miguel, el único campeón de las comarcas de Alicante. ¿Será Pere Roc el segundo?

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