Tres partidos consecutivos sin anotar un solo gol: una racha de temporadas de debacle en el Valencia

VALÈNCIA. Un dato escalofriante solo apto para temporadas de debacle en el Valencia: tres partidos consecutivos sin marcar. Es lo que ha ocurrido en las últimas tres citas ante Eibar, Villarreal y Athletic, y lo que pasó en desastrosos cursos anteriores. 

La última vez que el Valencia enlazó tres encuentros sin anotar fue a inicios de la pasada campaña, con Marcelino García Toral en el banquillo. Betis (0-0), Juventus (0-2) y Villarreal (0-0) fueron los tres choques con sequía goleadora en septiembre, en esos primeros pasos en los que al equipo le costó mucho arrancar. Sin embargo, las sensaciones eran diametralmente opuestas a las actuales. 

Antes de ese intervalo con el asturiano, fue el Valencia de Gary Neville quien igualó esa racha. Corría ya el mes de febrero cuando completó esos tres partidos sin anotar, entre ellos la abultada derrota en el Camp Nou por 7-0 en Copa del Rey. En este caso, el Valencia perdió contra el Sporting en Mestalla (0-1), hizo el ridículo ante el Barça y empató ante el Betis en el Villamarín (0-0). 

Lo curioso es que, años antes de la llegada del inglés, Ronald Koeman firmó unos números mucho peores en este sentido: seis encuentros seguidos, entre Liga y Champions League, sin anotar un solo gol. Racing de Santander (1-0), Schalke (0-0), Athletic (0-3), Osasuna (0-0), Chelsea (0-0) y Barça (0-3) fueron las citas que encadenó el técnico holandés nada más llegar a la entidad. De hecho, tan solo llevaba dos encuentros antes de iniciar ese pequeño periplo: en el primero perdió 0-2 ante el Rosenborg, y en el segundo ganó 3-0 al Real Murcia.

Hoy los valencianistas llevan desde el encuentro ante Osasuna en Mestalla sin ver puerta y, aunque el miércoles se rompió la mala racha de minutos sin lanzar entre los tres palos (no se consiguió tirar a puerta ni en Ipurúa ni en La Cerámica), ahora los problemas no solo llegan en defensa, también en ataque y en un momento de difícil análisis futbolístico en el Valencia, con los futbolistas en pie de guerra y una situación extradeportiva que congela cualquier reacción.