“Vamos a buscar el equilibrio. Si encajamos 65 goles, no podemos aspirar a los puestos altos de la tabla. Vamos a lograr seguro ser un equipo equilibrado”, esto dijo Marcelino el día de su presentación y por ello, la prioridad del Valencia es firmar un medio centro defensivo...
VALENCIA. “Vamos a buscar el equilibrio. Si encajamos 65 goles, no podemos aspirar a los puestos altos de la tabla. Vamos a lograr seguro ser un equipo equilibrado”, esto dijo Marcelino el día de su presentación y por ello, la prioridad del Valencia es firmar un medio centro defensivo.
Se suele apuntar con el dedo a los defensas y al portero de los goles encajados, de hecho, ha habido errores a nivel individual verdaderamente groseros en estas dos líneas. Sin embargo, a nivel colectivo, la realidad es que al Valencia le han llegado con mucha facilidad a línea de tres cuartos. El Espanyol, que es un equipo defensivo, le generó muchas ocasiones y hasta el Osasuna en El Sadar, se plantó con comodidad al borde del área del Valencia. ¿Recuerdan la primera parte ante el Granada en Mestalla? Esto ocurre porque en el centro del campo se ha echado en falta la figura de un seis, que hiciera raya.
La idea de Marcelino es jugar un 4-4-2. Es curioso que quiera tener un equipo equilibrado quitando un mediocampista y metiendo un delantero, pero eso lo puede conseguir si el Valencia firma un medio centro defensivo completo, del estilo de Bruno Soriano. El Villarreal que llevó Marcelino de Segunda División al cuarto puesto en Primera jugaba con solo dos jugadores por dentro. Por un lado, Bruno, tácticamente perfecto sin balón y con criterio para llevar el timón cuando tenía el esférico. Por otro lado, Trigueros, un mediapunta al que reconvirtió en medio centro, obligándole a trabajar más en defensa. También contó con Dos Santos en la medular, mediocampista todoterreno, antes de otorgarle tanta responsabilidad a Trigueros. Con jugadores tan completos sí se puede competir con solo dos por dentro.
Existe otro perfil de medio centro defensivo, que difiere del de Bruno Soriano, que sería el de Makélélé o Kanté. Tácticamente no son tan disciplinados ni inteligentes, pero físicamente son capaces de recorrer de arriba abajo todo el centro del campo. Son tan fuertes, que abarcan grandes parcelas del terreno de juego sin dificultad. Sin embargo, el Valencia está centrando su atención en los jugadores del primer perfil. Camacho, Roque Mesa, Gonalons o Badelj son jugadores que recuerdan más al estilo de Bruno Soriano que al de Makélélé. En el apartado físico están lejos de los franceses mencionados, pero lo compensan con su inteligencia sobre el césped.
Ahora parece una quimera encontrar un jugador tan completo en el mercado, pero no hace mucho el Valencia sí tuvo un mediocampista capaz de destruir y construir, y a coste 0, Seydou Keyta. Pizzi, de hecho, también se atrevió a jugar aquella campaña un 4-4-2. Quitó un medio y metió a Vargas arriba con Alcácer porque entendía que el malí le otorgaba el equilibrio necesario para jugar ese esquema.
El Valencia debe firmar un seis de garantías. Sinceramente, lo ideal sería que vinieran dos para que hubiera competitividad en la plantilla y que nadie se relajara. Orden y equilibrio es lo que exige Marcelino, la clave está en el medio centro defensivo.