VALÈNCIA. "Una plantilla de Segunda para un equipo de Segunda". Es lo que demandó Mehdi Nafti en su primera aparición pública como entrenador del Levante y es por esa línea donde se ha movido Felipe Miñambres para confeccionar el vestuario granota 22/23. Como era de prever, el mercado levantinista ha sido largo, las inscripciones han dado que hablar hasta el último día... y todavía puede haber más novedades ya con la persiana bajada. En total han sido ocho fichajes, más los dos regresos de cesión y Fabricio Dos Santos -que jugará cedido en el Castellón-, los que ha acometido el Levante este verano. Y solo el último estrenó la caja de Orriols, azotada por la economía de guerra que ha obligado a mantener los registros de La Liga en acción hasta el mismo 1 de septiembre. Y es que el club inscribió a Bouldini con todas las de la ley solo después de que el traspaso de Melero al Almería fuese oficial -antes lo había hecho con validez provisional-.
El Levante pagó por Bouldini una cantidad cercana al millón de euros, mientras que postergó los pagos por Wesley Moraes e Iborra para el próximo mes de junio, si es que la entidad granota consigue consumar el ascenso inmediato. Montiel también llegó a préstamo desde el Rayo Vallecano y el resto de incorporaciones han aterrizado con la carta de libertad bajo el brazo: Femenías, Róber Ibáñez, Álex Muñoz y Charly Musonda, en su caso tras dos semanas trabajando con el grupo. El ex del Chelsea, inscrito a ultimísima hora.
El riesgo de las operaciones residió en hombres como, precisamente, el extremo belga, que firmó tras una travesía en el desierto provocada por las lesiones. Un caso parecidísimo al de Wesley. El brasileño, aunque está cuajando un gran inicio de curso, fichó después de temporada y media en el ostracismo en las filas del Aston Villa. El nuevo '7' del Levante se considera en los despachos de Orriols como una oportunidad de mercado que, lastrado físicamente, hace que quepa en las expectativas granotas. Miñambres emuló la estrategia de Saracchi: un fichaje imposible de no ser por sus circunstancias.
La venta de De Frutos no llegó a producirse. Tampoco la salida de un Campaña cuyo deseo fue en todo momento el de abandonar Orriols. No obsante, el sevillano no quiso salir a cualquier sitio: quiso esperar a un Sevilla que, de boca de Monchi, acabó trasmitiendo a su agente la negativa a incorporarle este verano. Desde ese instante, la intención de Campaña empezó a cambiar y creció en su mente la idea de cumplir el año que le queda de contrato en el Levante para esperar al equipo de su vida el próximo verano. Lo que ocurrirá a un año vista está por conocer, pero la estancia del centrocampista seguirá alargándose como blaugrana a pesar de haber reconocido en el club en varias ocasiones, e incluso de manera pública en una entrevista en los medios oficiales, su voluntad de salida.
Campaña vivirá una reducción salarial producida por el descenso a Segunda División, algo que también le ocurría a Roger. El delantero valenciano, con una tesitura contractual parecida a la del andaluz, acabó siendo la primera salida del Levante con dinero de por medio. Su traspaso al Elche se cerró en 2 millones más otro en variables que podría dejar en tres la operación. Por su parte, Bardhi marchó a Turquía por otros tres millones, mientras que el 50% de los derechos económicos de Malsa fueron a parar al Valladolid por una cantidad cercana al millón de euros. Melero fue el último: también dejará en caja algo más de dos millones, entre fijo y variables.
Además de esas cuantro ventas, hay que contar la marcha de Dani Gómez al Espanyol en calidad de cedido, pero con pago mediante. Es decir, más allá de lo que ya está firmado para inyectar en las arcas del Ciutat, las operaciones de este verano podrían dejar algo más de liquidez en un futuro en una hipotética venta de Malsa en Pucela o en caso de que Aitor Fernández, que marchó con carta de libertad a Osasuna, cumpla con la permanencia rojilla y juegue una cantidad de minutos estipulada en su nuevo contrato. Incluso el Levante recibiría un 20% de una futura venta del meta.
Esos son los ingresos del Levante en la recién cerrada ventana de transferencias, que también ha dejado casos colgando al margen del de Campaña. Y es que Rubén Vezo ha sido uno de los jugadores cuyo nombre ha protagonizado el mercado granota... pero ha terminado restando en plantilla. A última hora apareció para el portugués la oportunidad de recalar en su país, algo que vio con muy buenos ojos. La salida del central a campeonatos con el mercado aún abierto es una posibilidad a pesar de que el recambio, ahora, tendría que llegar en libertad contractual.