VALÈNCIA. Los Juegos Olímpicos siempre dejan buenas historias. Historias que no van sujetas necesariamente a los resultados deportivos. Como el gesto que ha
tenido esta semana Brittany Bowe, una patinadora estadounidense que le ha cedido una plaza para Pekín 2022 a su amiga y compañera Erik Jackson. Jackson, la número uno del mundo en la distancia de 500 metros en patinaje de velocidad, sufrió un resbalón y acabó en tercera posición en los Trials de Estados Unidos. Ese puesto le dejaba fuera de los Juegos y esa noche, destrozada, esta mujer de 29 años no pudo pegar ojo.
Bowe, que fue la vencedora en los 500, no quiso distraerse porque aún le quedaba la prueba de los 1.500. Pero poco después llamó a su amiga, a la que conoce desde hace diecinueve años, y le comunicó que, con la clasificación asegurada en 1.000 y 1.500, las pruebas en las que mejor rinde, había decidido renunciar a su plaza en los 500 para que se pudiera beneficiar ella.
El gesto, una muestra de verdadera amistad, ha dado la vuelta al mundo y ha conmovido a miles de aficionados al deporte que, como yo, son especialmente sensibles a estos detalles no necesariamente deportivos. “Es un gesto que no olvidaré nunca y puedes apostar a que seré la voz que más potente en el óvalo, animándote, en los 1.000 y los 1.500”, le respondió la beneficiada por este detalle de generosidad.
Bowe, que ya ganó una medalla de bronce en unos Juegos, intentó restarle mérito a su prueba de lealtad hacia su colega. “Es el espíritu de los Juegos Olímpicos. Aquí se trata de ser un gran compañero. Este es el equipo de Estados Unidos y eso es algo que es más grande que yo. Erin tendrá la oportunidad de traer una medalla, ojalá que de oro, y es un honor darle esa oportunidad que se merece”, declaró.
Jackson respiró al fin. La velocista que este otoño ganó cuatro de las ocho pruebas de la Copa del Mundo llevaba horas sin poder pensar en otra cosa, en el fallo que le dejaba fue de sus segundos Juegos Olímpicos. En los anteriores, en los de 2018, se convirtió en la primera mujer negra que entró en el equipo olímpico estadounidense en patinaje de velocidad.
Seguro que estas dos deportistas han recuperado estos días la fotografía que se hicieron de niñas con Joey Mantia, una estrella de su deporte con sus 28 títulos de campeón del mundo y sus récords, en la que Jackson no llega ni al pecho del patinador.
Bowe ha salido eufórica de este trance y ya sueña con convertirse en la sucesora de Bonnie Blair, la última estadounidense en ganar la medalla de oro olímpica en los 500 metros. Blair fue la campeona en Calgary 1988, Albetville 1992 y Lillehammer 1994. “Pase lo que pase, iré a por el oro. Esto va a ser mucho más dulce gracias a que una amiga me ha hecho este regalo. Sería increíble que las dos lográramos subir a lo más alto del podio”.
Si los Juegos de verano desenmascaran a muchos frikis del deporte, los de Invierno son ya, en países con ta poca cosecha olímpica como España, para auténticos obsesos. Para mí la prueba favorita volverá a ser el snowboard cross, que me parece un producto televisivo insuperable: cuatro esquiadores bajando a cuchillo por un circuito endiablado con cambios de posiciones, velocidad y choques. Una maravilla.
Los Juegos de Invierno se celebrarán entre el 4 y el 20 de febrero, y, como en los de Tokio, el pasado verano, estarán marcados por el coronavirus. El COI intentará proteger su producto creando una burbuja para la familia olímpica, pero ómicron ya ha demostrado que aprovecha cualquier fisura, así que habrá cierta intriga hasta el último momento.
Las carencias de China en materia de derechos humanos ha provocado que algunos países, como Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña y Australia, hayan anunciado que harán boicot diplomático a los anfitriones, renunciando a que sus dirigentes asistan a cualquier acto relacionado con los Juegos, como la ceremonia de inauguración. Poco le importará a las mascotas, elegidas entre 5.800 propuestas: ‘Bing Owen Dwen’, una oso panda con un traje de hielo, y ‘Shuey Rhon Rhon’, una linterna antropomórfica, con forma humana. Aunque yo, de momento, me quedo con el bonito gesto de Brittany Bowe con su amiga Erin Jackson.