València, Gidey y el récord del mundo de maratón

VALÈNCIA. Letesenbet Gidey es una atleta excepcional. La etíope es una mujer que ya se ha hecho con los récords del mundo de 5.000 y 10.000 en pista, y de
medio maratón sobre asfalto. También tiene el de 15K, pero esa es ya una distancia atípica, como metida con calzador. Todos los récords del mundo son fabulosos, faltaría más, pero el de medio maratón, logrado en València el año pasado, dejó helado al mundo del atletismo. Gidey bajó de los 63 minutos (62:52). La casualidad, caprichosa, hizo que la atleta coincidiera en la recta final con Javi Guerra, que durante años fue el mejor maratoniano español. Guerra vale más que eso, pero la imagen sirvió para que todo el mundo entendiera la grandiosidad de aquella proeza.

La corredora de la región de Tigray anunció el miércoles, mediante un simpático vídeo en el que chapurreaba el español y el inglés, que el 4 de diciembre debutará en València en un maratón. Y el mundillo anda excitado por la noticia. Quien más y quien menos ha cogido esos 62:52 y se ha puesto a fantasear. ¿Qué podría valer eso en los 42,195 kilómetros? Pues vete tú a saber, pero está claro que una marca por debajo del actual récord del mundo, que es 2h14:04 desde que la keniana Brigid Kosgei lo batiera en Chicago, en el otoño de 2019. Los más atrevidos hablan de que Gidey sería capaz, cuando alcance la experiencia como maratoniana y su plenitud como atleta -conviene no olvidar que solo tiene 24 años-, de correr en 2h12 o incluso 2h11. Y ahí está bien recordar que la mínima para correr el maratón masculino de los Juegos de París es de 2h11:30. Es decir, que hay expertos que ven capaz a Gidey de hacer la mínima de los hombres, algo impensable en cualquier otra disciplina atlética.

Aunque sería una sorpresa que la etíope fuera tan osada en su debut. Lo normal es que su primer reto fuera bajar de 2h14, que ya es. Eso, batir el récord del mundo en su estreno, es algo que no sucede en el atletismo desde que Steve Jones mejorara, en octubre de 1984, la plusmarca masculina en el Maratón de Chicago con un tiempo de 2h08:05. Aunque está claro que si Gidey le emulase lograría una sorpresa mucho menor que cuando el galés lo consiguió en aquel maratón sobre el asfalto encharcado de Chicago. Jones, de hecho, corría sin reloj y no tenía ni idea de cuál era el récord. A falta de dos millas, Chris Basher, que era el director de carrera del Maratón de Londres, le gritó que si hacía cada milla en cinco minutos lo tenía hecho, y el corredor, incrédulo, pensó que se refería al récord de la prueba, así que mantuvo el paso pensando en ese triunfo menor.

Steve Jones, que venía de ser simplemente octavo en la final de 10.000 de los Juegos de Los Ángeles, un par de meses antes, no tiene nada que ver con Gidey, que es subcampeona mundial y medallista olímpica. El cabo Jones -trabajaba como técnico de aviones de combate en la Real Fuerza Aérea Británica- acabó consolidándose como un gran maratoniano, pero ese día sorprendió al mundo, empezando por él mismo.

Con Gidey ocurre al contrario: todo lo que no sea un récord del mundo será casi una decepción. Es injusto, pero la atleta es presa de sus marcas previas. Así que la gran pregunta sería: si es la mujer señalada por todo el mundo como la gran candidata a batir el récord de Kosgei, ¿cómo es posible que venga a València y no a uno de los ‘majors’? La respuesta es uno de los grandes éxitos de la organización: València, gracias al entusiasmo de gente como Marc Roig, Paco Borao o Juan Botella, ha conseguido crear un vinculo entre Gidey y la ciudad. Y eso ha propiciado lo que podríamos denominar ‘Los otoños de Gidey en Valencia’. Porque un otoño, el de 2020, en plena pandemia, vino a nuestra ciudad y batió el récord del mundo de 5.000 en el Estadio del Túria. Al siguiente otoño, el de 2021,
debutó en el medio maratón con la ya comentada plusmarca universal, y en su tercer otoño consecutivo, ya en vísperas del invierno, viajará por tercera vez a València en busca de su tercer récord mundial.

Aunque el maratón es el maratón. Hay que hablar con mucho respeto de la distancia en la que han tropezado tantos y tantos atletas a lo largo de la historia. Si hasta el casi imbatible Eliud Kipchoge -trece triunfos en quince maratones- falló una vez, el 4 de octubre de 2020, cuando solo pudo ser octavo en Londres. Así que hay que decir que esto no son matemáticas y esa norma alcanza también a Gidey, la mujer que impresiona con esa técnica de carrera sublime. Pero los indicios son optimistas. La preparación parece que va por muy buen camino. La atleta del NN Running Team parece que ha sabido adaptarse a las dos variables que más preocupaban en su entorno: la capacidad para asimilar los líquidos que ingiere en los avituallamientos -aseguran que han dado con la tecla que le hizo acabar vomitando en algunas de sus proezas- y la capacidad para realizar tiradas largas con comodidad.

Dentro de unos días, el 28 de mayo, volverá a la carga con un intento de batir el récord de la hora en el Mitin Prefontaine Classic, en Eugene (Oregon), en el mismo estadio, el renovado Hayward Field, donde el próximo verano se espera que corra la final de 10.000 del Mundial. El récord lo ostenta Sifan Hassan desde que recorriera 18.930 metros en Bruselas en 2020. Después de esas dos carreras en Eugene, Gidey, que ha pasado unas semanas entrenando en Kenia, volverá a Etiopía para centrarse ya en su debut en el Maratón de Valencia Trinidad Alfonso el 4 de diciembre. Será el tiempo de los otoños de Gidey en València. No se bate un récord del mundo de maratón fuera de un ‘major’ desde el 13 de abril de 1998, cuando la keniana Tegla Loroupe lo consiguió en Rotterdam con un tiempo de 2h20:47. ¿Será Gidey la siguiente?