VALENCIA. Peter Lim llegó al Valencia CF prometiendo una alta inversión en fichajes para conseguir mejorar el potencial deportivo de un equipo que había quedado descabalgado de las competiciones europeas y que navegaba a la deriva después de vender de manera progresiva a todos los buenos futbolistas de sus plantillas.
Ahora, cuando está a punto de cumplirse un año de que Lim tomara el control de la sociedad valencianista, comenzó a dirigir el club el 1 de diciembre de 2014, se puede hacer un balance de lo invertido por el asiático y se puede comprobar que Lim ha gastado muchísimos millones en mejorar su equipo. Siendo evidente que el Valencia CF es mucho mejor que el que él encontró, también existe el debate de si con lo gastado el club de Mestalla podría ser un equipo más poderoso.
102,2 millones de euros es el dinero invertido por el Valencia CF en las tres últimas ventanas de fichajes, en las que el asiático ya tomaba decisiones. Esa cifra, sale después de restar los 198,6 que se han pagado por traspasos en los tres últimos mercados, y los 95,6 que la institución valencianista ha ingresado por venta de futbolistas en ese mismo periodo de tiempo.
Sin embargo es necesario hacer un repaso pormenorizado de las operaciones que se han realizado en la entidad durante estos meses en los que Lim ya había sido designado ganador del proceso de venta que lideró la Fundación Valencia CF.
EL PRIMER VERANO CON LIM POR FUERA SE APLAZARON LOS PAGOS
El verano de 2014 fue complicadísimo para el club porque pese a que la Fundación había aprobado la venta de la mayoría accionarial del Valencia CF a Meriton el 17 de mayo, el asiático todavía no había cerrado un acuerdo definitivo con Bankia y por tanto no podía firmar la compra de los títulos. Es decir, se pasó todo ese verano tomando decisiones consensuadas con los entonces gestores del club, Amadeo Salvo y en lo deportivo Rufete, pero sin tener todavía claro que finalmente fuera a alcanzar un acuerdo con el banco.
El club tenía preparada una planificación por si Lim compraba el club y otra bien diferente por si el asiático terminaba no entendiéndose con el banco.
Rufete y su equipo firmaron a Otamendi y Mustafi para paliar las salidas de Rami, que de había marchado a mitad de temporada y se le traspasó ese verano al AC Milan, y de Jérémy Mathieu al FC Barcelona. Se fichó al argentino Lucas Orban para reforzar el flanco izquierdo de la defensa porque se había vendido a Cissokho y cedido a Víctor Ruiz, además de la venta de Bernat que fue cubierta por Gayà. Y durante la temporada se había apostado por una promesa del fútbol argentino como Rodrigo de Paul, a sabiendas de la marcha de Banega por considerarlo irrecuperable. Por último, se firmó al gallego Yoel para suplir al valenciano Guaita, al que se le dio la carta de libertad. Esos eran los fichajes que había preparado la secretaría técnica de Rufete para el club. Esos más el senegalés Kouyaté que hoy juega en el West Ham, que fue descartado por Nuno y Jorge Mendes.
La secretaría técnica tenía fichajes por valor de unos 33 millones de euros con sustitutos de todos los futbolistas que se habían marchado y disponía de algo de dinero para reforzar la delantera con algún jugador de perfil medio y pudiendo gastar entre 8 y 10 millones por él. Sin embargo, se terminó optando por el modelo Lim y se fichó a lo grande.
La entrada de Lim en escena, algo que fue bien recibido por el club, hizo que llegaran las cesiones de Rodrigo Moreno y André Gomes por una temporada y se firmó su traspasos si finalmente Lim terminaba convirtiéndose en el máximo accionista por 45 millones de euros. De idéntica manera aterrizó en Mestalla el lateral derecho Joao Cancelo, y así se comprobó cuando se pagó por él 15 millones acordados el anterior verano entre Lim y Filipe Vieira.
Además el club, realizó el fichaje bomba del verano, cerrando el último día de mercado el fichaje de Negredo. Un delantero que Rufete puso encima de la mesa y que Peter Lim se encargó de cerrar in extremis y avalándolo personalmente. Esos fueron los fichajes que se realizaron para el primer proyecto Lim, que se confirmó oficialmente como tal a principios de diciembre de 2014, algo que el asiático celebró cerrando el fichaje del argentino Enzo Pérez por 25 millones de euros en los primeros días de ese mes de diciembre, en un viaje relámpago a Lisboa junto a su inseparable Jorge Mendes. Ese mes de enero el Valencia CF vendió al canterano Carles Gil al Aston Villa por cerca de 5 millones de euros.
SEGUNDO VERANO LIM-MENDES-NUNO AL FRENTE DE LOS FICHAJES
Ese ha sido el gran apoyo de Lim para fichar desde que compró el club valencianista. Desde que oficialmente el asiático se hizo con el control del club, todas las decisiones deportivas han correspondido al máximo accionista en consenso con el agente portugués y con el actual entrenador del club, Nuno Espírito Santo.
La entidad tenía la obligación de comprar a Negredo, Yoel, Cancelo, André Gomes y Rodrigo este verano y todo ello suponía un gasto de 92 millones de euros. Esos son fichajes del verano anterior, que el club aplazó y comprometió el pago a este verano.
Además, este pasado mercado veraniego el club firmó a Ryan, Danilo Barbosa, Abdennour, Santos, Santi Mina y consiguió el fichaje de Bakkali gratis. Todos esos fichajes ascienden a 48,5 millones de euros. Por eso este curso la inversión en fichajes asciende a 140,3 millones de euros, porque se traían casi 100 del curso anterior.
A estas alturas de competición, cuando ya se ha disputado un cuarto de campeonato y el equipo no ha conseguido arrancar, pero se amarra al último gran partido en Vigo como esperanza para relanzar la temporada, son muchas las voces discordantes con la planificación deportiva del club este pasado verano. Lim prometió fichajes y los ha traído. Lim prometió mejorar el equipo y lo ha conseguido. Ahora bien, ¿se ha invertido bien ese dinero que se ha inyectado en el mercado después de vender y comprar jugadores? Esa es la gran pregunta que se hace el valencianismo.