ELCHE (EFE). El Elche CF cierra 2017 con un mal sabor de boca, ya que sufrió un descenso a Segunda B y acumuló varios récords negativos en la historia de la entidad, como el mayor número de derrotas consecutivas en un campeonato de Liga o el de jornadas consecutivas sin ganar en su actual categoría.
El club ilicitano, que había mostrado una gran estabilidad en su banquillo durante la etapa anterior, tuvo cuatro entrenadores durante el año para revertir una dinámica negativa que ni siquiera se ha podido corregir en Segunda B, donde el equipo ha ido de más a menos en la presente temporada.
La única alegría deportiva para el Elche llegó en la Copa del Rey, competición en la que superó tres eliminatorias, dos de ellas en campo contrario, una ante el Hércules, eterno rival, lo que le permitió enfrentarse al Atlético de Madrid, uno de los grandes.
Nada hacía presagiar hace solo doce meses que el Elche podía abandonar por la puerta de atrás el fútbol profesional, ya que el conjunto ilicitano, entrenado por Alberto Toril, había cerrado 2016 con una victoria en Reus que le aupaba a la zona alta de la tabla con fundados argumentos de pelear por la promoción de ascenso.
El club se reforzó en el mercado de invierno para buscar el ascenso con jugadores de Primera División, como el bético Fabián, Borja Valle, del Deportivo de La Coruña, o Túñez, ex del Celta, pero en lugar de dar un salto de calidad se vino abajo.
Tras un triunfo en Tarragona (1-3), el Elche, que había mantenido un comportamiento muy irregular, pareció apuntar definitivamente hacia la promoción de ascenso, pero dos derrotas consecutivas ante Zaragoza y Córdoba alejaron al equipo del objetivo.
Sin un reto importante por el que pelear, el Elche se dejó llevar y de forma incomprensible se desplomó en los dos últimos meses de competición con seis derrotas consecutivas, la destitución de Toril, relevado por Vicente Parras, técnico del filial, y el descenso consumado en Cádiz en la penúltima jornada.
Tras dieciocho temporadas consecutivas en el fútbol profesional, el club realizó una profunda remodelación de su parcela deportiva al contratar a Jorge Cordero como director deportivo y a Vicente Mir como entrenador.
Ambos diseñaron en un tiempo récord una nueva plantilla con algunos de los mejores jugadores de la categoría en la que solo repetían del pasado Edu Albacar y Nino, dos emblemas deportivos de la entidad.
La dirección deportiva apostó por experiencia, ya que se firmó a jugadores que ya sabían lo que era pelear por una promoción de ascenso a Segunda División, y se marcó como primer objetivo lograr el título de campeón de grupo.
Tras un buen inicio, el conjunto ilicitano perdió brillo, ambición y pegada y tras su primera derrota y el traspiés con el Alcoyano, Mir fue destituido tras perder como local ante el Formentera (0-1).
Antes de esa jornada, un empate en Villarreal (0-0) abrió lo que acabaría siendo la peor racha de partidos sin ganar del Elche en Segunda B de toda su historia.
Ni José Luis Acciari, técnico interino, ni Josico Moreno, nuevo entrenador, lograron romper la dinámica negativa y el Elche encadenó seis partidos consecutivos sin vencer, lo que provocó que cayera de la zona de promoción en la penúltima jornada de la primera vuelta.
El equipo cerró un año para olvidar, sin embargo, con un sabor agridulce, ya que logró romper su mala racha ante el Olot (2-1), lo que le permitió regresar a la zona de promoción, aunque tuvo que escuchar las protestas de su afición, muy descontenta con el juego y la imagen del equipo en los últimos meses.