LA OPINIÓN DE LOS COLABORADORES

"A dos partidos de volver a una final continental"

19/04/2019 - 

VALÈNCIA. Los colaboradores Plazadeportiva.com muestran su visión sobre el Valencia CF - Villarreal CF: 

ALBERTO SANTAMARÍA 

A pesar de la cautela de las horas previas el partido fue un trámite. Como esperábamos. La convocatoria de Calleja dio pistas de lo que podía pasar. Sin Cazorla ni Ekambi en la lista, el Submarino bajó los brazos antes de que arrancara la vuelta y el Valencia lo aprovechó. Y por la vía rápida. El gol de Toni Lato -qué alegría ver sonreir al de la Pobla de Vallbona- acabó con cualquier esperanza grogueta y tranquilizó, si no lo estaban ya, a los más de 26.000 valientes que anoche desafiaron a la lluvia. Sin duda, ellos fueron los grandes héroes de una jornada en la que Marcelino arriesgó con Coquelin y perdió. Amarilla para el francés que se perderá la ida de las semifinales. Craso error.

MANOLO MONTALT

De un partido como este el Valencia CF sólo podía salir con una mala noticia: una lesión o una amarilla que impidiera a Coquelin (único jugador sin suplente por la lesión de Kondogbia) jugar la ida de las semifinales. Se dio la última opción y el Valencia tendra que ir al Emirates sin medio centros defensivos. El resto de lo que pasó, incluída la lluvia y el cambio de castigo a Carlos Soler, son una anécdota. Curioso, resuelves bien los cuartos incluso de manera cómoda, y se te queda un mal sabor de boca por la amarilla que te deja sin Coquelin. El fútbol tiene estas cosas.

RUBÉN URÍA

A dos partidos de volver a una final continental. Siguiente estación: un desafío doble. Primero, el del caprichoso destino, tener que eliminar a Unai Emery para rozar la gloria; segundo, el de tener que chocar contra una potencia económica que triplica el presupuesto del Valencia. En semifinales no habrá tregua, ni se concederá. No estarán Coquelin y Kondogbia, bajas sensibles, para qué vamos a engañarnos. Pero hay equipo y entrenador para confiar. La temporada que muchos vaticinaron que acabaría en la basura, ha repuntado hasta permitir que el valencianismo tenga licencia para soñar. La final de Copa es un hecho. Ahora asoma, por el horizonte, la posibilidad de llegar a Bakú. No está mal para un equipo, un entrenador y un proyecto del que muchos desconfiaron hace meses. Igual la temporada del Centenario, lejos de ser la casa de los horrrores, acaba siendo una página dorada en la historia de un club que es grande de España y también de Europa. Echar al Arsenal no será fácil, pero ya lo hizo el Atleti el curso pasado y ahora es el turno del Valencia. El fútbol es ilusión. Y Mestalla tiene que soñar más fuerte que nadie. Sí, se puede.

JOSEP LIZONDO

Me ha gustado la actitud responsable del equipo en la primera mitad, con una intensidad y aplicación rara de ver en partidos de vuelta sin historia, se nota que no se fiaban un pelo de nadie ni nada. Bien hacen, mejor que ellos conocen los intríngulis de las remontadas y lo fácil que es pasar de la nada al todo en cuestión de un chispazo. Todo eso se fue diluyendo en la segunda mitad dejándonos como único espectáculo potable contemplar un césped que aguanta un bombardeo. Increíble que a pesar de llover toda la tarde, y hacerlo con mayor intensidad durante el encuentro, no dejara ni un charco, barro, césped levantado... es que ni una mancha en las camisetas. Impresionante el jardinero (ay, el halcón, Lolo). Ahora ya se está en semis, el objetivo marcado desde abril por este que habla. La putada es que lo harás sin Coquelín (sorprendente sería que no se recurra esa amarilla y se retire) ni Kondogbia para un Arsenal que es mucho Arsenal. Pero con los defectos que le gusta explotar al Valencia marcelinesco... espacios atrás. Un pasito más cerca de Bakú.

VICENT MOLINS

La mejor noticia del partido sin noticia es esta firmeza previsible de un grupo capaz de pasar a unas semifinales pareciendo que no ha hecho nada del otro mundo, solo estarse en su lugar, quieto, a la espera de que el otro resbalara solo. La confianza en una manera de progresar es el mejor estímulo para seguir creciendo.

VICENTE BAU

Poca cosa. Un partido que cumplió con las expectativas. El duelo quedó claramente resuelto en el partido de ida. Goles ayer de un Lato y otro de rebote de falta de Parejo. Y sí, Marcelino debía cambiar a Parejo y Guedes y lo hizo, pero algo tarde en mi concepto. Minutos algo basura del juego en general para Kang In y una tarjeta injusta pero importante para Coquelin que el Valencia debe recurrir de inmediato aunque sea muy complicado. Ahora al Valencia le aguerda la semifinal a la que llega con un equipo bien armado. Veremos.

PACO GISBERT

El partido soñado por Marcelino. Su equipo cerrado atrás (qué bien defiende este València) y un par de zarpazos para dar tranquilidad a la grada y dejar el encuentro en un trámite absurdo aderezado por una lluvia furiosa. Partido de trámite, con la eliminatoria decidida, pero que el València afrontó con la seriedad que requería una cita de cuartos de final de competición europea, y en el que, probaturas aparte, pudimos comprobar cómo se resiente el equipo cuando Parejo no está en el campo. Las semifinales, en dos semanas, se presentan apasionantes.

NACHO COTINO

Un mínimo lógico de cautela aconsejaba no lanzar las campanas al vuelo antes de disputar el partido de vuelta pero si a Villarreal le quedaba alguna esperanza de voltear la eliminatoria esta noche en Mestalla Toni Lato la ha hecho saltar por los aires en los primeros compases del partido. Puede haber quien censure el paso atrás del Valencia una vez conseguido el primer tanto y también una vez hecho el segundo pero teniendo en cuenta lo que está por venir y que la eliminatoria estaba absolutamente solventado lo entiendo o totalmente lógico. Al fin y al cabo, superar unos cuartos de final con un 5-1... creo que merece un aplauso. Lo que no me pareció tan lógico fue el hecho de arriesgar con la salida de Coquelín al terreno de juego estando apercibido de sanción con Kondogbia lesionado pero… Doctores tiene la Iglesia. En cualquier caso y sabiendo que la UEFA se suele pasar los recursos por el forro habría que apretar lo más posible porqueLa tarjeta que vio el francés es absolutamente inexplicable.

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