MURCIA. Con 18 años y ya entre los ocho jugadores que pelearán por el título en el Abierto de Estados Unidos. El murciano Carlos Alcaraz Garfia ha accedido a los cuartos de final del torneo que se disputa en Nueva York tras superar en cinco sets al alemán Peter Gojowczyk con parciales de 5-7, 6-1, 5-7, 6-2 y 6-0 en tres horas y media.
Pese a no tener la chispa habitual en él, pero sí sabiendo sufrir, el de El Palmar firmó un triunfo de mucho mérito, seguramente no tan brillante como el que obtuvo contra el griego Stefanos Tsitsipas, número 3 del mundo, pero sí tremendamente convincente por la forma en la que lo logró.
Contra un rival de 32 años y que ocupa el puesto 141 de la ATP el pronóstico apuntaba a Alcaraz como favorito, pero no iba a ser sencillo conseguir el pase a cuartos de final del Grand Slam neoyorquino.
Tras las más de cuatro horas que estuvo en pista contra Tsitsipas a Alcaraz, que aparece en el puesto 55 de la ATP, le esperaba otra prueba de fuego.
El encuentro comenzó muy bien para él, pues le rompió el saque a su rival en el primer y en el tercer juego y mantuvo el suyo en el segundo para colocarse 3-0, pero a partir de ahí se le dejó de ver tan fresco y eso propició la reacción del teutón, que acabó llevándose la primera manga con una espectacular remontada por 5-7 después de 49 minutos.
El español encontró la forma de hacerle daño a Gojowzcyk en el segundo set y, después del 2-1, enlazó cuatro juegos seguidos que le permitieron igualar el partido tras media hora más de juego.
El tercer parcial volvió a ser una tremenda batalla, en la que el de Munich llevaba la iniciativa y Alcaraz corría demasiado detrás de la bola sin poder desarrollar el juego agresivo que suele mostrar.
Al palmareño, además, le costaba mucho sacar adelante sus servicios. El hecho de perder el que supuso el 1-2 le hizo ir a remolque contra un rival tan sólido como demostró ser Gojowczyk, que mandaba desde el fondo de la pista. Tras verse 2-4 abajo, "La Roca" fue capaz de igualar a 5, pero en ese momento volvió a ceder su saque y ello le llevó a perder la manga nuevamente por 5-7 después de 56 minutos.
Alcaraz, quien fue tratado de unas molestias musculares en la pierna izquierda -luego le tocó pasar por las manos del fisio a su rival-, se vio forzado pero sin dejar de creer en sus posibilidades. Por eso, en el cuarto set recuperó parte de su mejor tenis, sin llegar a deslumbrar como en otros encuentros, y con eso le dio como para forzar el desempate.
El pupilo de Juan Carlos Ferrero, pese a perder un nuevo saque, fue capaz de ganar cuatro juegos seguidos, incluyendo dos al resto, y se colocó 4-1 a favor para luego cerrar el set con el 6-2 y un nuevo "break", éste en blanco, tras 52 minutos.
El murciano, yendo de menos a más y tratando de encontrar la continuidad en su tenis, llegaba mejor que su oponente a la resolución del choque y con el público de Flushing Meadows dándole nuevamente su apoyo, como pasó dos días antes en el encuentro que le enfrentó a Tsitsipas.
Alcaraz, quien superó los momentos de bajón, creció conforme se alargaba el partido mientras que a Gojowczyk no se le veía tan seguro y erró más de lo que lo venía haciendo.
La quinta manga fue como un paseo militar para el español, mucho más entero que un Gojowczyk muy mermado -cojeaba visiblemente como consecuencia del gran esfuerzo realizado- y el resultado lo dice todo, un 6-0 en apenas 23 minutos.
Al final, en un partido con muchos errores no forzados, Alcaraz sumó 161 puntos, 30 más que Gojowczyk, y se apuntó nada menos que 13 rupturas, aunque también es cierto que dejó escapar su saque en siete ocasiones.
El palmareño, que en sus dos primeros duelos en el US Open superó al británico Cameron Norrie y al francés Arthur Rinderknech, se enfrentará en cuartos de final al ganador del duelo entre el canadiense Felix Auger-Aliassime, de 21 años y número 15 del mundo; y el estadounidense Frances Tiafoe, de 23 años y 50 en el ranking internacional.
Carlos, quien será el tenista más joven presente en esa ronda de este "major" desde 1963 -toma el testigo del brasileño Thomaz Koch- e iguala lo hecho por el estadounidense Michael Chang en Roland Garros 1990, quiere seguir haciendo historia.