CASTELLÓ. El tenista castellonense Roberto Bautista se ha quedado con la miel en los labios después de tener contra las cuerdas al número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic, y se despide del Masters 1000 de Cincinnati en semifinales tras perder por 6-4, 4-6, 6-7. El de Benlloc pudo llevarse el cuarto triunfo de su carrera ante el balcánico después de disponer de servicio para ganar, pero el líder del ranking ATP reaccionó devolviendo el break y acabó imponiéndose en el juego de desempate por 7-0.
El tenista de Benlloc jugó un primer set de mucho nivel con un ritmo de golpeo que no era capaz de seguir un gran tenista de fondo como el serbio, que buscó acortar los puntos desesperadamente. Tras un primer break que encontró réplica inmediata, Bautista logró una segunda ruptura con 4-3 que fue definitiva para la suerte del primer parcial, pese a que Djokovic dispuso de una opción para igualar en el octavo juego.
En el segundo set llegó la mejoría del serbio, que aceleró el juego y dominó los intercambios. Bautista, por su parte, bajó su efectividad con el saque, lo que aprovechó el número uno para lograr el break y situarse con una renta de 4-1. Pudo conseguir una nueva ruptura a continuación, pero el castellonense salvó la situación en dos oportunidades e inmediatamente después logró el break para reducir la desventaja a 3-4.
Ambos jugadores mantuvieron sus saques a continuación, hasta que, con 4-5, Bautista perdió el suyo sin posibilidad de réplica, lo que dio el set a Djokovic.
La tercera manga empezó bien para el número 12 del mundo, que logró el break en un duro tercer juego (2-1). Pero el serbio replicó de inmediato y restableció la igualdad. Llegaron entonces los momentos de mayor solidez del líder del ranking de la ATP, justo en la fase de resolución del partido. El balcánico consiguió una ruptura para el 4-2, consolidó con su saque para situarse con 5-2 y poner contra las cuerdas a Bautista.
Pero el castellonense no perdió la fe, recuperó su mejor nivel cuando parecía vencido y encadenó cuatro juegos para situarse con 6-5 y sacar para ganar el partido. Sin embargo, Djokovic no había dicho su última palabra y volvió a dar su mejor nivel cuando estaba con el agua al cuello. Recuperó el saque y forzó el juego de desempate, donde acabó imponiéndose.