VALÈNCIA. El corazón del Valencia no tiene límites. La victoria cosechada en el derbi ante el Villarreal tiene muchos méritos por todas las circunstancias que supera semana tras semana este vestuario. Todas las turbulencias extradeportivas, el desgaste físico y las múltiples bajas que atraviesa el equipo. El Valencia tiene un equipo con una honestidad evidente y eso es un valor incalculable a la hora de tener opciones de alcanzar los objetivos fijados.
El partido del Chelsea fue un mazazo por las ocasiones falladas, pero Mestalla y el equipo quisieron mirar hacia adelante y fue el mejor de los caminos para sumar los tres puntos ante un Villarreal que vendió muy cara su piel. El Valencia quiso transmitir a su equipo las ganas de engancharse a la liga con una entrada enérgica que duró un cuarto de hora. El Villarreal fue inteligente y resistió el empuje local. Empezó a dominar y se encontró un penalti tras un error de Mangala, que llegó muy tarde y derribó a Gerard Moreno.
Fue en ese momento cuando se agigantó la figura de Cillessen. Los porteros también dan puntos y fue el holandés el que puso los cimientos de la victoria. No le pudo la presión y sí a Gerard Moreno. Detuvo la pena máxima y dejó con vida a su equipo. El panorama pintaba feo para el Valencia, pero Celades supo leer el partido y le ganó la partida a Calleja. Cambió el sistema y puso a Soler en el centro y a Rodrigo en banda. El Valencia consiguió frenar el ímpetu del Submarino y tuvo ocasiones para irse por delante al descanso. Sin embargo, Asenjo tuvo una noche inspirada e hizo grandes paradas a Soler, Ferran y Rodrigo.
Tras el descanso, el Valencia dio un 'zarpazo'. Maxi Gómez se disfrazó de mediapunta y puso un balón perfecto para Rodrigo. El delantero dribló a Asenjo con el control y definió a portería a vacía. Una alegría que duró muy poco. Los fantasmas del Chelsea aparecieron en Mestalla. Anguissa aprovechó un fallo en la salida de balón del Valencia y con ayuda de un rechace, batió a Jasper Cillessen. Tocaba superar el golpe y seguir remando pese a la fatiga.
El Villarreal apretó, pero fue el Valencia el que encontró la inspiración en las botas de Soler. Sirvió un gran balón a Wass. El danés conectó un centro que remató Ferran Torres a la red. Un éxtasis para Mestalla, que valoró el esfuerzo de los suyos. El Valencia acabó el encuento exhausto, pero supo sufrir y sumar tres puntos que le permiten mirar hacia los puestos que dan acceso a Europa.