VALÈNCIA. Los caprichos de Peter Lim ya tienen consecuencias. El Valencia se llevó una 'manita' del Camp Nou que hacen saltar todas las alarmas sobre el devenir que puede tener la temporada. Un proyecto sólido y ganador, fue dinamitado por el dueño y lamentablemente se recogieron los primeros frutos de una decisión temeraria. Los culpables no son Celades ni la plantilla, lo es un propietario que rompió con todo de forma unilateral con la temporada ya empezada. Las sensaciones de cara al estreno en Champions contra el Chelsea son más que preocupantes.
Le entregó Peter Lim el banquillo otra vez a un inquilino sin experiencia y la apuesta no ha podido empezar peor. Celades no quiso variar prácticamente nada. Salió con un 4-4-2, con un once muy similar al que ganó al Mallorca y con la identidad y estilo del Valencia de Marcelino García Toral. Sin embargo, el problema que tiene ahora mismo el Valencia es anímico, con un vestuario francamente tocado y decepcionado por la gestión de Meriton de un proyecto que tiene el riesgo de desmoronarse a las primeras de cambio.
De hecho, si alguien puede resolver esta situación no son otros que los jugadores. La plantilla es lo único a lo que se puede aferrar el valencianismo en este momento crítico. Afectados por la salida de Marcelino, solo queda la opción de pasar página y volver a creer en sus capacidades pese a la ausencia de su líder. Respecto al encuentro, el Valencia saltó desconectado y desorientado por toda la crisis de los últimos días y el FC Barcelona se lo hizo pagar. Dos goles en siete minutos que dejaron patente que el partido podía ser como una visita al dentista.
Es cierto que hubo reacción con un gol de Gameiro y hasta posibilidad de empatar antes del descanso. Pero el efecto se disolvió nada más comenzar el segundo tiempo. Un tremendo error de Cillessen puso el 3-1 y el Valencia ya no tuvo capacidad para reaccionar. Desapareció del partido. Luis Suárez olió la sangre y aprovechó para hacer más daño con un 'doblete'. Con la 'manita' en el marcador, Maxi Gómez marcó el definitivo 5-2 que no maquilla la mala pinta que tiene el Valencia tras la crisis desatada por Peter Lim.
En definitiva, lo del Camp Nou es un resultado que incrementa el pánico de cara a lo que pueda derivar la temporada. No obstante, el martes hay otra exigente prueba en Champions en Stamford Bridge y puede ser la mejor medicina para intentar salir de una depresión a la que ha sido sometido el equipo, por la irresponsabilidad de la propiedad al cargarse la estabilidad deportiva con la temporada ya comenzada.