ALICANTE. Diez jornadas por delante para enderezar el rumbo y no solo lograr tres años después la clasificación para un 'play-off', también hacerlo como campeón de grupo.
Aunque el Hércules de Lluís Planagumà parece empeñado en escoger el camino más difícil, ser uno más en la carrera de cojos en que se ha convertido este curso la lucha por las cuatro primeras plazas en el grupo III, durante el primer tramo del curso demostró de sobra que estaba capacitado para mucho más que ser cuarto y gracias a los fichajes de invierno su potencial es sí o sí mayor por lo que se le debe exigir lo máximo en este tramo final de la Liga regular, lo que en su caso supone ganar ocho de los diez partidos que restan y empatar al menos uno de los otros dos. De conseguir lo anterior cerraría la jornada 38 con 71 puntos, una cifra que en otra campaña podría no bastar para ser primero pero que en la presente todo apunta a que sí.
Todos se juegan algo
De las diez finales que el Hércules ha de disputar, seis habrá de hacerlo como local y cuatro como visitante: ha de medirse a Lleida, Olot, Alcoyano, Sabadell, Conquense y Baleares en Alicante y visitar a Castellón, Ejea, Peralada y Barça B. Es decir, tiene que jugar con dos rivales directos como son el Lleida y el Baleares y medirse a seis equipos que pelean por eludir el descenso: Ejea, Peralada, Sabadell, Conquense, Alcoyano y Castellón. A priori, solo el encuentro frente al Olot de la semana que viene en el Rico Pérez y la visita al Mini de la penúltima jornada para jugar con el Barça B parecen algo asequibles, pero después del petardazo de Badalona como para fiarse.
Ganar ocho y empatar uno de los diez partidos que restan implica que se le permite al Hércules un desliz más, pero desde luego este no podrá sufrirlo ante Lleida y Baleares. De ser frente al primero, las no pocas dudas que planean sobre el equipo se multiplicarían hasta el punto de ser posible que el club se viera obligado a adoptar una decisión traumática, la destitución de Planagumà, para tratar de atajar la crisis (aunque no sea el técnico el único responsable y menos el que más culpa tiene de la actual situación); y mucho tendría que cambiar la tabla para que les valiera a los blanquiazules para ser primeros el perder ante el Baleares en la última jornada.