ALICANTE. El Real Decreto-ley por el que se regulará la última etapa de la 'nueva normalidad', cuyo aprobación está prevista en la reunión del consejo de ministros del martes, determinará también cuándo podrán regresar los aficionados a las gradas de los estadios de fútbol para asistir a los partidos.
Así parece que pretende zanjar el Gobierno de Pedro Sánchez una polémica que va 'in crescendo' y amenaza con llegar al punto de no retorno el próximo lunes, cuando más de la mitad del territorio nacional (el 52%) se encuentre en la fase 3 de la desescalada, toda vez que varios de los gobiernos de las Comunidades Autónomas que habrán alcanzado ese día esa situación se han alineado abiertamente con algunos de sus clubes más representativos una vez estos han manifestado su voluntad de jugar sus partidos como local con público en las gradas (con un tercio del aforo): dichas autonomías (y sus clubes) entienden que decidir sobre si puede haber o no aficionados en los estadios durante los partidos quedará dentro de su ámbito de decisión una vez estén en la fase 3 pues en ese momento se pone fin al mando único, pasan a tener capacidad para modular la restricciones vigentes desde marzo (que ya se han relajado un tanto en la fase 2, pero todavía por decisión del gobierno central).
La tesis de que sería un agravio comparativo, atentaría contra el principio de igualdad y afectaría a la integridad de la competición que solo algunos equipos puedan jugar con el apoyo de sus aficionados en las gradas desde la vuelta de la Liga regular en Primera y Segunda División A el próximo jueves, parece haberla hecho suya el ejecutivo central y de ahí que aspire a zanjar el problema por la vía rápida, fijando en qué momento concreto se dejará de jugar a puerta cerrada. Eso sí, a juzgar por las declaraciones de dos de los ministros de Pedro Sánchez este viernes, esa posición dista de ser unánime: la ministra de Hacienda y ministra portavoz, María Jesús Montero (PSOE) se destapaba como partidaria de que las Comunidades Autónomas en fase 3 puedan decidir sobre si se juega o no con aficionados en las gradas, mientras que el ministro de Sanidad, Salvador Illa (PSOE), insistía en que el fútbol profesional regresará disputando, de entrada, todos sus partidos sin público en los estadios.
Público cuando todos los territorios estén en la fase 3
Illa ya dejaba caer también que a medio plazo lo anterior puede cambiar, es decir, que como días antes había apuntado (aunque con la boca pequeña) la presidenta del Consejo Superior de Deportes (CSD), Irene Lozano, volverá a haber aficionados en las gradas una vez toda España se encuentre en la fase 3 de la desescalada.
Se trata de una situación a la que, si no hay rebrotes, parece que se va a llegar antes de lo que se pensaba toda vez que el Gobierno permitía el viernes a varias zonas (la Comunidad de Madrid o las provincias de Barcelona y Lleida, entre otras) pasar de la fase 1 a la 2 después de solo siete días en la primera cuando antes exigía 14. Así, el 48% del territorio nacional podría sumarse ya el día 15 o el 22 de junio a más tardar al otro 52% y alcanzar para ese momento también la fase 3. Eso permitiría que nada menos que siete de las 11 jornadas de Liga regular pendientes en Primera y en Segunda División A se disputasen con público (un tercio de los aforos), cuando hace apenas un mes había más que serias dudas hasta de que regresase el fútbol profesional.
La LFP ya prepara la vuelta de los aficionados
La Liga de Fútbol Profesional (LFP) no solo está manteniendo en toda esta polémica un tan llamativo como descriptivo silencio, es que se ha filtrado (lo desvelaba Libertad Digital este viernes) que ya trabaja internamente para, cuando llegue el momento, poder asesorar al CSD sobre la vuelta del público a los estadios: lo está haciendo por medio de sus delegaciones a lo largo y ancho del planeta que se encargan de recopilar información de cómo se está articulando lo anterior.
Para los clubes miembros de la LFP el que haya aficionados en las gradas, aunque sea con aforos reducidos, es muy importante pues lo contrario conlleva una pérdida de ingresos y la pandemia de Covid-19 ya les ha hecho un buen roto en su cuenta de resultados.