VALÈNCIA. El Valencia ha subido la cuesta de enero a golpe de goles, a lomos de sus jugadores ofensivos. En las tres últimas semanas de competición y después de abrir 2019 con una derrota en liga ante el Deportivo Alavés (2-1) en Mendizorroza y otra en Copa en el Molinón frente al Sporting (2-1), el equipo del murciélago ha cerrado un mes exigente reduciendo distancia con la zona europea de la tabla tras enlazar, desde aquellas dos derrotas, cuatro victorias, dos empates y una derrota en siete duelos jugados entre liga y Copa del Rey.
Su productividad ofensiva, seca durante la primera rueda del campeonato, ha aumentado en la apertura del nuevo año, en un mes clave. El Valencia, en este período de los últimos siete partidos, ha hecho 14 goles y ha encajado seis, con una diferencia positiva de más ocho tantos a favor. En esa recuperación de su fábrica de goles ha sido significativo el despertar de sus puntas y el de sus jugadores ofensivos de banda. Y, por encima de ellos, el momento álgido de Parejo, del que hablamos en este periódico. La nueva regeneración del capitán ha impulsado la resurrección del equipo. El Valencia se afila antes de las semifinales de Copa y de la apertura de su participación en la Europa League.
El caso más llamativo es el de Rodrigo Moreno, el renacido. El atacante hispano-brasileño, enfurruñado todo el curso, ya ha salido de la zona negativa. Su lenguaje gestual y corporal transmite, como la temporada pasada, positividad. El gol de Vigo fue liberador después de fallar el penalti ante el Valladolid que le cedió su amigo Parejo. En este tramo de siete partidos con los que el bloque del murciélago ha cerrado enero, Rodrigo ha hecho cinco goles y ha dado una asistencia: la del sábado en el Camp Nou ante el Barça para el gol de Gameiro, que fue magnífica. Su rendimiento ha experimentado una crecida. Suma siete goles y cinco asistencias totales aunque está lejos de lo que ofreció la campaña pasada en las mismas fechas cuando acumulaba 12 tantos y cinco pases de gol.
Santi Mina, que levantó con dos goles la eliminatoria ante el Sporting y le dio de cabeza el pase a Rodrigo para el segundo gol ante el Getafe, lleva ocho goles y cuatro asistencias. El ejercicio pasado, al finalizar enero, tenía 11 tantos y tres pases de gol. El gallego, bautizado como 'Galicia Canibal' por el periodista Manolo Montalt, ha sido hasta la fecha el punta más regular de la plantilla.
Kevin Gameiro, que tenía los dos pies fuera de la plantilla si el club hubiera encontrado un comprador, también se ha vitaminado en enero. El francés ha colaborado con un tanto y dos asistencias en el levantamiento del equipo. Suyo fue el primer gol en Barcelona, tras el maravilloso pase de Rodrigo, y dos apariciones suyas en el área dieron el segundo gol de Rodrigo en Balaídos y el tercero y decisivo del mismo jugador frente al Getafe. Su rendimiento global hasta la fecha es de cuatro goles y cuatro pases de gol.
Cheryshev muy cuestionado por su irregular aportación, también ha dado un paso al frente tras las vacaciones de Navidad. El ruso marcó el segundo gol frente al Villarreal y le dio el pase del primer gol ante el Getafe a Rodrigo. La falta de minutos hasta la lesión de Guedes y una lesión en el tendón de Aquiles no le habían dado regularidad en el equipo. Lleva dos goles y tres asistencias.
Ferran Torres también es otro jugador. Los minutos en la Copa le han la confianza que necesitaba para empezar a mostrar parte de su potencial. Dos goles, notables ambos, y dos asistencias alumbran el juego del canterano de Foios. Ferran marcó el tercer gol ante el Sporting en Copa recortando con la izquierda y definiendo con la derecha en una segunda mitad deslumbrante. En ese mismo partido le envió a Santi Mina un envío certero desde la derecha que acabó en gol. Cuatro días después en Balaídos hizo un gol espléndido: se acomodó con el pecho un centro de Gayà y a bote pronto con el exterior del empeine derecho infló la red. Luego, ante el Villarreal, le puso un balón magnífico a Rodrigo que acabó en gol.
Kang In es otro que ha aprovechado los minutos en Copa para mostrarse entre la élite. El coreano, blindado la semana pasada con una cláusula de 80 millones de euros, fue la chispa que encendió la reacción ante el Getafe. Desde su entrada al campo pasaron cosas. Su centro, rodeado de contrarios, al área, que cabeceó Santi Mina para que Rodrigo hiciera el segundo gol del Valencia, y su pase filtrado sobre la carrera de Gameiro, que posibilitó el tercero del hispano brasileño, fueron dos delicias.