ALICANTE. Más de dos meses con sus contratos suspendidos y esperando a cobrar del Estado la prestación a la que tienen derecho. Así se encuentran ahora mismo todos los trabajadores (personal deportivo y no deportivo) del Hércules CF, Fundación Lucentum y buena parte de los del Elche CF, Balonmano Benidorm y Balonmano Elche.
El Servicio Público de Empleo (SEPE) todavía no les ha abonado una sola de las prestaciones que les corresponden después de aprobar hace dos meses los Expedientes de Regulación de Empleo Temporal (ERTE) por causa de fuerza mayor solicitados por sus respectivos clubes ante la inactividad provocada por la declaración del estado de alarma para combatir la pandemia de Covid-19.
Prestaciones cuyo importe alcanza en el mejor de los casos (los menos) los 1.411,83 euros (si el trabajador tiene dos o más hijos), que en su mayoría ronda los 1.098,09 euros y que en muchos no llega ni a esa suma (las citadas cantidades son topes máximos que se aplican en función de la situación personal del beneficiario, pero para la mayoría el 70% de la base reguladora de sus contratos es inferior a los 1.100 euros), siguen pendientes de abonarse sin que desde el SEPE se ofrezca respuesta.
Múltiples incidencias
La situación roza el surrealismo si tenemos presente que el vínculo contractual que unía a no pocos de ellos con su club se ha extinguido ya como es el caso de las plantillas y cuerpo técnico del Balonmano Benidorm y del Balonmano Elche, tal y como contábamos este lunes en Alicante Plaza.
Ahora bien, lo que está ocurriendo con los equipos alicantinos no es algo excepcional y es que lo anterior se está produciendo en muchos otros sectores (en la provincia de Alicante hay miles de situaciones análogas en la hostelería, sin ir más lejos): las razones son, básicamente, que se trata en muchos casos de ERTE aprobados por silencio administrativo (así ocurrió con el del Hércules o el del Benidorm) que se encuentran sujetos a revisión (la Administración está contratando personal de refuerzo), que los datos del trabajador no son correctos (por ejemplo la cuenta bancaria) o directamente no se cuenta con ellos (el beneficiario, por ejemplo, nunca ha estado inscrito como demandante de empleo).
Tanto en el Hércules como en la Fundación Lucentum no ha cobrado un solo trabajador (ni jugadores, ni entrenadores del primer equipo, de la base o personal de oficinas y demás auxiliares); en el Balonmano Benidorm, por ejemplo, hay seis jugadores que todavía no han visto un euro y lo anterior después de experimentar no pocos problemas toda vez que inicialmente el SEPE solo reconoció a ocho trabajadores en el ERTE; en el Balonmano Elche, algunos de los que han tenido la suerte de cobrar se han encontrado con que las cantidades bailan notablemente de un mes a otro; y en Elche CF, donde el ERTE también fue de reducción de jornada para parte de los trabajadores (personal deportivo, en su mayoría), también confirman que los hay (entre los de suspensión de contrato) que todavía no han percibido una sola prestación.
Mientras que el club franjiverde abonó la nómina de marzo íntegra, el resto solo pagaron a sus trabajadores del 1 al 14 ya que la vigencia del ERTE entraba en vigor (de manera retroactiva) ese último día.
Vigentes hasta el 30 de junio
Estos ERTE por causa de fuerza mayor se presentaron al calor del Real Decreto-ley 8/2020, de 17 de marzo, de medidas extraordinarias para paliar el impacto del Covid-19, una norma con rango de ley modificada hace dos semanas por el Gobierno que desligó las citadas reducciones de empleo de la vigencia del estado de alarma y prorrogó automáticamente su duración hasta el 30 de junio. Salvo en el caso del Elche, en el del resto de clubes la intención es mantener vigente el ERTE hasta esa fecha como mínimo, salvo que haya una vuelta a la actividad que ahora mismo no se vislumbra. Así, por ejemplo, se lo hizo saber el Hércules hace dos semanas a los capitanes de la primera plantilla.
Los trabajadores indefinidos afectados por este tipo de ERTE tienen asegurada la continuidad en su puesto en los 180 días siguientes a la finalización de la medida mientras que los que cuentan con un contrato de duración determinada ven extenderse la duración de su vinculación por el mismo tiempo que haya estado en vigor el ERTE.